Reparación | Cómo conciliar tu vida familiar con tu trabajo en el taller

Organizar el flujo de trabajo o establecer turnos son dos soluciones interesantes.

El programa ofrece a los talleres las piezas, las herramientas y los conocimientos necesarios
Un taller depende mucho de los horarios de la clientela

La conciliación entre la vida laboral y la familiar no es una necesidad exclusiva de los trabajadores de oficina. A los dueños y empleados de un taller también les gusta ver a sus hijos, aunque a veces la carga de trabajo y las tribulaciones propias del autónomo les fuercen a dedicar más tiempo a su trabajo y menos a su familia del que les gustaría.

Sin embargo, es difícil compaginar la vida personal con la necesidad de dar a los clientes el servicio que merecen. Difícil pero no imposible. Si se organiza el flujo de trabajo para optimizar el tiempo dedicado a cada reparación, puede asumirse la misma carga de trabajo sin necesidad de prolongar el horario.

Aun así, un taller también depende de los horarios de la clientela. Y en un país donde por norma general se entra pronto a trabajar y se sale tarde, son muchos los clientes que llevan su coche a reparar a primera hora de la mañana o a última de la tarde.

Por ello, no son raros los horarios de 8 de la mañana a 8 de la tarde. Pero, ¿es necesario mantener el taller abierto a pleno rendimiento durante esas 12 horas? Más allá de la típica pausa de dos horas a la hora de la comida, algunos establecimientos de reparación establecen turnos diferentes en función de las necesidades.

Así, José María Pérez, gerente de Talleres Norberto en Mazarrón (Murcia), explica en sus redes sociales que ha implantado un horario matinal de 7 a 3, en el que trabajan nueve de sus 11 empleados. El resto del horario, hasta las 7.30 de la tarde, queda a cargo de dos personas para atender la recogida y entrega de vehículos, la peritación y la atención al cliente. De esta forma, rotando entre los dos turnos, se consigue mantener abierto el taller todo el día sin sobrecargar los horarios del personal.

Sin embargo, en otros talleres el flujo de clientes es imprevisible, lo cual dificulta implantar distintos turnos. Francisco Palacio, de Talleres Palacio (Alcorcón, Madrid), mantiene en su establecimiento un horario lo más estable posible, aunque un pico repentino, que no es inhabitual, puede prolongar el trabajo. Aun así, se intenta siempre mantener un equilibrio entre el volumen y la calidad de las reparaciones.

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