No han dado ni las cinco y media de la mañana y Luis ya está levantando el cierre de su taller en Sevilla. A los 56 años, este pintor de vehículos ha contado su historia en el programa de "Poniendo las Calles" de Cadena Cope. Hace más de treinta años, vida y media desde entonces, que comenzó su aventura, su sueño, esa vocación y dedicación que mantiene intacta como el primer día.
"Abro normalmente a las 6 de la mañana, es lo propio en muchos talleres de chapa y pintura, hoy me levanté antes para entrar en la radio y mi mujer, Sandra, se ha despertado sorprendida, que si estaba loco me decía", bromea con El Pulpo, conductor del espacio radiofónico, antes de entrar en materia sobre la evolución del sector en los últimos tiempos.
"Los colores ahora son más complicados, porque hay algunos que son muy complejos por las nuevas tecnologías de las pinturas, por ejemplo, un coche en mate, no puede pulirse nunca, porque si lo pules, le sacas brillo", explicó sobre una tendencia creciente, por ejemplo, en "marcas como Cupra o Mercedes", que ya no hacen mate, sino extramate. A su parecer, la clave "no está en el color en sí, sino en el barniz" y en saber aplicarlo para lograr el efecto deseado.
Para ello, "cada vez que hay una novedad, vienen nos explican el producto, nos formamos en él, tratamos de estar al día, por lo menos en este taller, estamos actualizados", comenta sobre la importancia de la formación en la posventa.
En su paso por las ondas, Luis explicó que el abanico de la pintura es tan amplio que existe un evidente desconocimiento, lo que provoca más de una sorpresa a la hora de llevarse el vehículo del taller: "Hay mucha gente que se compran coches de colores, así, que son de efectos raros, que no saben lo que se están comprando", advierte antes de poner un ejemplo con "los colores tricapa". "Su material de pintura puede superar los mil euros, por lo que la factura final de un trabajo se acaba elevando a más de 2.500 euros", pondera.
Un taller a la vanguardia de la tecnología y la seguridad
Situado en la Carretera Amarilla de Sevilla, su taller es un ejemplo de modernización que destierra y desmitifica numerosos estereotipos sobre el olor a pintura, disolvente o la presencia de aceite o grasa. "Tenemos filtros anticarbono en las cabinas para no emitir olores, además, los compuestos plásticos ya no tienen plomo, todos son base agua", lo que las hace menos tóxicas que las de antes.
Igualmente, la seguridad es una prioridad: "Nos ponemos nuestras protecciones, mascarillas... Trabajamos con seguridad", insiste una y otra vez, sobre un aspecto clave en cualquier oficio por el que se debe velar, al igual que es importante cumplir con los trabajadores: "Siempre hay que revisar la nómina para asegurar que las condiciones laborales son las correctas".
Precisamente, sobre su equipo, Luis enumera que, en su taller de chapa y pintura, la plantilla consta de 14 personas, que se turnan en las distintas tareas para evitar "la monotonía y el desgaste". "Aquí estamos organizados, siempre hay un compañero que pinta y nosotros le vamos preparando y nos vamos cambiando cada mes, cada dos meses, para que el que está pintando no se queme", detalla sobre su dinámica rotatoria de trabajo.
Una familia vinculada a la radio
Por último, y ya en un tono más distendido, la conversación se encaminó al estrecho vínculo que la familia de Luis siempre ha tenido con el mundo del periodismo, y en concreto, con el de la radio. Así, Luis presume "con orgullo" de su familia. "Mi hija es periodista y trabaja en Radio Nacional de España, con 13 años; mi hijo Hugo es un superfan de Carlos Herrera y Sandra" -su mjer- "fue quien le introdujo en el universo de Cope", desglosa sobre esa "cultura del esfuerzo" que siempre han tratado de "inculcar" a sus hijos para garantizar el futuro.