Reparación | El boom de los coches clásicos, ¿una oportunidad para el taller?

En este video del Grupo Serca, Juan Francisco Calero explica el negocio que se esconde tras los youngtimers, coches relativamente potentes o deportivos con antigüedad que arranca en la década de los 80 hasta los primeros años del 2000 que, con vista, tiempo y atención, pueden suponer una fuente de ingresos para el taller en pocos años.

¿Puede ser el boom de los coches clásicos una oportunidad para el taller? A esta pregunta ha tratado de responder Juan Francisco Calero, en una nueva entrega de los videos del canal de Youtube de Grupo Serca, asegurando que son varios los centros de reparación de vehículos clásicos que tienen completo su tiempo para todo 2021 y parte de 2022, debido al boom o explosión de automóviles clásicos de los últimos años del siglo pasado (desde la década de los 80) hasta los primeros años de 2000, los denominados youngtimers.

Estos vehículos pueden suponer una nueva línea de negocio paralela para los talleres. No se trata de modelos de marcas deportivas, como Ferrari o Lamborghini, sino de vehículos “normales” (potentes o deportivos, principalmente) que están ahora a buen precio y que sus compradores buscan finura en el trabajo, que se cuide y se mime hasta el último detalle para dejarlos lo más parecido al modelo original. En este tipo de vehículos, el tiempo de reparación es menos importante que el nivel de exigencia, aunque será necesario dedicarles mucho tiempo para informarse bien y para conseguir piezas que en unos casos escasean y en otros no existen y hay que fabricarlas a medida.

Teniendo en cuenta las normas anticontaminación, lo interesante es saber si esta burbuja seguirá creciendo en los próximos años. Calero asegura que sí, más teniendo en cuenta que desde ya, las versiones deportivas de la mayoría de los fabricantes son electrificadas y los deportivos con motor térmico escasearán de aquí a 10 años.

Ahora es el momento de comprar esos youngtimers, porque su precio es bastante asequible y subirá mucho en los próximos años. La gracia está “en comprar esos coches que sean asequibles para tu bolsillo y que sepas que no van a perder dinero y si, además, les puedes hacer unos kilómetros y disfrutarlos en tu día a día, mejor que mejor”.

No es, por tanto, especular; es decir invertir en un coche y encerrarlo en el garaje durante 20 o 30 años, sin hacer un solo kilómetro, para intentar sacar el máximo dinero posible.

El mundo del vehículo clásico no es desdeñable y la “extinción” paulatina de los motores térmicos por los eléctricos puede generar mucho dinero al taller que sepa “tocar bien los automóviles clásicos, como una especialización total o como una parte del negocio”, pues se trata de un cliente de poder adquisitivo medio-alto al que no le duele recibir facturas abultadas. “Y muchos de vosotros ya lo estáis haciendo en esa parte trasera del taller, como digo, dedicándole esas horas que le vais robando a otras cosas para poder fabricar el coche de vuestros sueños”.  Pues eso mismo, “fabricar o restaurar el coche de los sueños de muchas otras personas que van a acabar entrando en este juego” es una interesante línea de negocio, concluye Calero.

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