¿Qué pasaría si todos los talleres de España cerraran a la vez? Se trata de una situación que perfectamente podría haber sucedido el lunes 16 de marzo, teniendo en cuenta la falta de explicaciones y de información concreta para el sector, más de dos días después de decretarse el estado de alarma en todo el país que limita los movimientos de los ciudadanos a los estrictamente necesarios. Las peluquerías han tenido instrucciones concretas, las tintorerías también, los quioscos, ópticas y un sinfín de comercios...¿y los talleres? Silencio.

Todas las patronales del sector reclaman lo mismo: una respuesta clara y concreta sobre el sector de la reparación. La que sea. Abren todos porque es un "servicio esencial" y necesario para garantizar la movilidad y seguridad de todo aquel que necesite emplear su vehículo; no, deben cerrar todos para evitar la propagación o sí, pero solo servicios mínimos para asegurar que trabajadores del sector de la alimentación, del sector sanitario o cuerpos de seguridad del estado, entre otros muchos, puedan seguir trabajando por la seguridad y salud de todos. Independientemente de que Cetraa y Conepa consideren que deben abrir y Ganvam que deben cerrar, pero con servicios mínimos. Se necesita una respuesta clara, contundente y bien articulada. Y se necesita ya.

Porque esa falta de comunicación está dando lugar a situaciones extrañas y paradójicas. Como que, por ejemplo, en Madrid se cierren algunos centros, pero otros permanezcan abiertos o trabajen a puerta cerrada, sin recibir clientes, pese a que la Dirección General de Industria sí confirmó a Asetra que los talleres podrían abrir. Situación que se está repitiendo en Málaga, Navarra o Baleares, entre otras regiones. ¿Cuál es el criterio? Pues, parece ser que el personal de los agentes de Policía y Guardia Civil, que siguen sin tener instrucciones concretas. No tienen la culpa. Como el resto del sector, tienen diversas opiniones sobre la situación. Lo que es inadmisible es que no haya instrucción gubernamental.

Incluso en estas particulares circunstancias en las que la reducción del tráfico es innegable, no se entiende que el Gobierno olvide la vital contribución en la seguridad vial que tienen los talleres. Pasan por ser los "médicos de cabecera" de máquinas que entrañan riesgos para la salud en su simple y básica utilización. Y a ello se añade, por si fuera poco, un empeoramiento general de las condiciones climatológicas en gran parte del país.

¿Y si un conductor de una furgoneta de transporte descubre estos días, tras algún susto, que tiene que cambiar sus neumáticos y no tiene dónde hacerlo? ¿Está el Gobierno poniendo en riesgo su integridad? ¿Y si ese conductor es un médico? ¿O un empleado del sector alimentario? ¿O un transportista? Porque el médico que vive en Algete, todavía puede desplazarse al Hospital de La Paz en transporte público si se le estropea su coche, pero tardaría mucho más y aumentaría el riesgo de infectarse. Pero...¿el transportista que lleva los alimentos que vamos a ir a comprar?

Los coches que circulan siguen teniendo que ser reparados y mantenidos. Por eso no se puede olvidar la trascendencia de los talleres y recambistas en este país. Independientemente de que sea indudable que a la mayoría de talleres no les compense abrir. Pero el Gobierno debería articular unos servicios mínimos.

Lo que no es aceptable es que ni se les mencione ni se rectifique. Y ya van varios días.