La llegada de las vacaciones de verano es síntoma para los talleres de un aumento del volumen de negocio. Muchos serán los vehículos que pasen por las manos de los profesionales para ponerlos a punto para los grandes desplazamientos. En estas revisiones, un elemento que no debe olvidarse de revisar son los rodamientos de las ruedas.

Se trata de unos componentes que permiten girar a las ruedas. Están sometidos al mismo desgaste, por lo que es recomendable sustituir los de las cuatro al mismo tiempo. Tiene una vida útil de unos 150.000 kilómetros, y su desgaste se percibe gracias a un ruido sordo que emite la rueda al girar.

Según explican desde Oscaro, un rodamiento defectuoso adquiere juego y acaba por romperse. Una vez roto, el rodamiento se descompone y la anilla exterior del rodamiento puede suponer la caída del cubo que sujeta la rueda.

Su sustitución es una operación que debe realizar un profesional mecánico ya que dispone de las herramientas necesarias y equipos, así como los conocimientos para realizar el cambio de forma adecuada. Además, los rodamientos más actuales integran, en sus juntas, una anilla de impulsión magnética que transmite señales del sistema ABS.

Para detectar un fallo en estos elementos se puede hacer rodar el vehículo, prestando atención a ruidos o chirridos en las ruedas, montarlo en un soporte de columna o girar las ruedas para escuchar pequeños choques, lo que indicará que los rodamientos han cogido holgura.