Tratamiento de Neumáticos Usados (TNU) explica que una correcta gestión de los residuos reduce los desechos que se acumulan en la naturaleza, evita los daños medioambientales que suponen su eliminación y ahorra energía, agua y materias primas. Por ello, asegura, entidades sin ánimo de lucro como TNU, además de cumplir con sus obligaciones como Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor, fomenta la reutilización, reciclado y valorización de los neumáticos fuera de uso contribuyendo a la protección de nuestro entorno y biodiversidad.

Y es que, uno de los aspectos más importantes para frenar el cambio climático es el reciclaje. Cada año, cerca de 1.000 millones de neumáticos llegan al final de su vida útil en todo el mundo que, si se dejasen abandonados en la naturaleza, podrían tardar hasta mil años en degradarse, lo que genera un impacto nocivo en el medio ambiente. La buena noticia es que del neumático se aprovecha todo y, en la actualidad, se investiga constantemente en nuevos proyectos de I+D+i aplicados a su reciclaje, con el objetivo de recuperar sus materiales (caucho, fibra textil y acero) en búsqueda de nuevos usos. La reutilización retrasa la entrada de los neumáticos usados en el flujo de residuos, contribuyendo al modelo económico circular.

Día del medio ambiente

Con motivo del día mundial del medio ambiente, que se celebra mañana, 5 de junio, TNU comenta los 5 beneficios del reciclaje de neumáticos para la preservación de nuestro ecosistema.

En primer lugar, reduce las emisiones de CO2. Desde el inicio de su actividad, TNU ha recogido más de 783.718 toneladas de neumáticos usados, lo que supone el equivalente a dejar de emitir al medio ambiente cerca de 3.426 millones de toneladas de CO2, ahorrando más de 1.097 millones litros de petróleo y 91.694 millones de litros de agua. Reciclar supone reducir el uso de la energía y de CO2, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.

En segundo lugar, la correcta gestión, tratamiento y reciclado de los neumáticos fuera de uso es fundamental para combatir la crisis ecológica y frenar el debilitamiento de la capa de ozono. La quema de neumáticos descarga grandes cantidades de sustancias tóxicas al aire y genera daños fatales en dicha capa. Esta emisión de gases, conocida como humo negro, representa un peligro para la naturaleza, ya que contribuye a la alteración del equilibrio atmosférico y al deterioro de la capa de ozono. Asimismo, las cenizas que arrastra el aire pueden provocar la infertilidad de la tierra y, si llueve, el agua contaminada de hollín puede filtrarse al subsuelo y ensuciar acuíferos.

Suelo y agua

Como tercer argumento, TNU aduce que el reciclaje evita la contaminación del suelo. Cuando el neumático fuera de uso no se recicla, lo normal es que acabe en vertederos o abandonados en la naturaleza. Su degradación libera componentes tóxicos, que pueden causar la esterilidad del suelo y alterar su actividad biológica y química. Hoy por hoy, la contaminación del suelo es una amenaza global, especialmente grave en regiones como Europa, Eurasia, Asia y África del Norte, como revela la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que asegura que la degradación intensa o moderada afecta ya a un tercio del suelo mundial y su recuperación es tan lenta que se necesitarían 1.000 años para crear 1 centímetro de capa arable superficial.

TNU apunta como cuarta razón que el reciclado de neumáticos reduce el consumo de agua, un bien que no es ilimitado. Se ahorran millones de litros, ya que se reduce en gran medida el uso de este recurso. En términos prácticos, para fabricar un neumático nuevo se necesitan 1.950 litros de agua y sólo 878 litros para un neumático renovado; es decir, se ahorra el 45% de agua.

Conservación de los bosques

El quinto beneficio es la conservación de los bosques, ya que el principal componente del neumático es el caucho, ya sea natural y sintético, siendo casi la mitad de su peso. El consumo de caucho natural no es inocuo para el medio ambiente, pues se extrae a partir del árbol Hevea Brasiliensis y su explotación intensiva ha favorecido la pérdida de biodiversidad y de bosques tropicales. Por este motivo, a día de hoy el caucho natural abarca sólo el 30% del mercado, el resto lo ocupan los cauchos sintéticos. Por tanto, haciendo un consumo responsable de este material y su conveniente reutilización y reciclado, ahorramos una cantidad importante de recursos naturales y contribuimos a conservar los bosques, los llamados pulmones del planeta.