La corrosión se ha considerado durante mucho tiempo un coste inevitable a la hora de hacer negocio. Sin embargo, un nuevo estudio global revela que se está convirtiendo en muy poco tiempo en una de las mayores oportunidades sin explotar para varios sectores, incluido, lógicamente, el de la posventa. El nuevo informe de Interpon, "El coste de la corrosión", muestra que se podrían recuperar hasta 762.300 millones de euros (875.000 millones de dólares), mediante estrategias de protección más inteligentes, al tiempo que destaca que las industrias están convirtiendo "este antiguo reto en un motor de innovación y rendimiento".
Publicado por Interpon Powder Coatings, de AkzoNobel, el estudio encuestó a mil líderes del sector manufacturero de industrias y regiones clave. Con una gran cantidad de información a nivel mundial y regional, en el mismo, se explora cómo los fabricantes están equilibrando la protección, el coste y la sostenibilidad en medio de las crecientes presiones medioambientales y normativas.
Entre las perspectivas globales, se incluyen dos visiones con respecto a la corrosión:
- Los costes ocultos son significativos: Casi un tercio (32%) afirma que su mayor gasto proviene de la pérdida de clientes y las devoluciones de productos, así como del daño a la reputación. Otro 28% destaca el coste ambiental de los residuos y los vertederos.
- La protección es fundamental: existe un consenso generalizado sobre la importancia de la protección anticorrosiva, y casi la mitad (44%) la considera esencial para sus operaciones.
En este sentido, el escenario varía según el sector y la región:
- Los fabricantes de vehículos eléctricos están estableciendo nuevos estándares, de hecho, más de la mitad ya utiliza recubrimientos en polvo avanzados para mejorar la durabilidad y la sostenibilidad.
- Los productores de equipos industriales se enfrentan a una creciente presión para modernizarse, aunque muchos tienen dudas debido a los costes de inversión iniciales.
- En Norteamérica y el sur de Asia y Australasia muestran disposición para dar un salto cualitativo con tecnologías avanzadas, mientras que las nuevas normativas europeas impulsan una ola de innovación en todos los mercados.
Sin duda, estos contrastes globales revelan un cambio claro: la protección contra la corrosión ya no se limita a prevenir daños, sino que crea valor a largo plazo. En este sentido, las tecnologías actuales de recubrimiento en polvo prolongan la vida útil de los productos, reducen los residuos, disminuyen el consumo de energía y ayudan a los fabricantes a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad, al tiempo que mejoran el rendimiento y la rentabilidad.
"Antes, la protección contra la corrosión se consideraba principalmente como una forma de prevenir fallos en los productos y pérdidas económicas", afirma Jorrit van Rijn, director de Marketing de AkzoNobel Powder Coatings.
"Hoy en día, desempeña un papel mucho más importante, ya que ayuda a los fabricantes a reducir los residuos, mejorar la eficiencia y ofrecer productos más duraderos y de mayor calidad en los que los clientes confían y valoran", resalta como la hoja de ruta a seguir, puesto que "una protección más inteligente refuerza el rendimiento y las relaciones, y ese es el cambio que nos enorgullece impulsar con nuestros clientes de todo el mundo", finaliza.