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Evolución del taller desde la perspectiva pericial, por Avelino Peralta

A lo largo de mis 35 años de experiencia, se ha pasado de que el taller tenga mucho poder a que lo tengan las aseguradoras, controlando hasta el último gasto de las reparaciones, exigiendo todo para hoy y lo más barato posible. Y el perito se encuentra en el centro de un conflicto de intereses que genera innumerables problemas en todos los actores que intervienen en el proceso.

Publicado: 12/09/2025 ·11:00
Actualizado: 12/09/2025 · 11:00
  • Actualmente, se traslada a los peritos gran parte del procedimiento de la tramitación con una avalancha de trabajos que no son periciales.

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Tras 35 años de experiencia y una larga relación con el taller como perito en la empresa privada en las especialidades de automóviles (22 años) y diversos (13 años), he podido identificar varias etapas por las que ha atravesado el taller a lo largo de los años. Son estas:

1ª. ADAPTACIÓN AL MEDIO. CONTROL EXHAUSTIVO DEL TALLER 

En esta etapa entré como entra un toro en una plaza: tienes el primer contacto con una profesión que desconoces totalmente y empiezas queriendo comerte el mundo, pero en esta época, teníamos que lidiar con talleres muy “trillados” y con mucho poder. Es el momento de la puesta en práctica de la formación recibida y de la observación, por lo que tienes que observar “con quién te juegas los cuartos” y ver de qué manera resuelves los siniestros, siendo en general una época muy dura.

En dicha etapa, el taller tenía un inmenso poder. Era Dios. Los menosprecios, vacilaciones y actitudes chulescas que tenían con los peritos nuevos eran continuos, hasta que, por tu firmeza y seriedad a la hora de la valoración y gestión del siniestro, se daban cuenta de que eras un instrumento muy importante. La actividad de taller generó muchísimo dinero a costa de las compañías de seguros, se cometían infinidad de irregularidades, se peritaba recambio original y se montaba todo menos el original, etc. El taller actuaba muchas veces en connivencia con el asegurado para, a través de la valoración, reparar otros daños que no correspondían con el siniestro. Este predominio brutal, más tarde, empezaría a pagar sus consecuencias.

La mayoría de los peritos de la época eran encargados de taller o habían sido propietarios de taller que iniciaron contactos con aseguradoras. El perito nuevo tenía siempre el apoyo de otros más experimentados a los que estábamos continuamente machacando a preguntas. La peritación se realizaba mediante guías manuales de tiempos medios de reparación y pintura que cada empresa aportaba.

2ª. CONSOLIDACIÓN PERICIAL. CAMBIOS TECNOLÓGICOS IMPORTANTES

En esta etapa ya me veía fuerte, seguro, pero empezaba a haber grandes problemas con el precio de hora de taller, además de cambios tecnológicos importantes y nuevos procedimientos de reparación que se iban implementando. El taller era muy reacio a la reparación de piezas de plástico, paragolpes, rejillas, etc., puesto que no tenían práctica en dicha reparación. Había centros de investigación que trabajaban sobre esas reparaciones y programas y, evidentemente, suponían un ahorro importante para la compañía y facilitaba la labor. También se empezaban a mejorar las instalaciones de los talleres para adaptarse a las nuevas tecnologías de la reparación y pintura. Se empezaban a introducir programas de valoración de daños como Audatex o GT Estimate y algunas compañías tenían sus propios baremos para chapa y pintura, pero iban poco a poco aceptando la tecnología en la valoración.

En la tercera etapa, muchos talleres se veían obligados a aliarse con las compañías mediante acuerdos de colaboración para no desaparecer.
En la tercera etapa, muchos talleres se veían obligados a aliarse con las compañías mediante acuerdos de colaboración para no desaparecer.

3ª. PRECIO DE HORA Y TALLER COLABORADOR

El precio de hora de taller seguía siendo un gran escollo en las relaciones entre los peritos y talleres con respecto a las valoraciones realizadas. Los problemas eran enormes, las aseguradoras desarrollaban la filosofía del “taller colaborador concertado”, es decir, muchos talleres se veían obligados a aliarse con las compañías mediante acuerdos de colaboración para no desaparecer. Siempre me ha sorprendido por qué no se intentaba resolver el problema y buscar una fórmula que, en función de las características del taller, permitiera fijar un precio de hora razonable para la actividad. Creo que las Delegaciones de Industria de cada comunidad autónoma podrían haber resuelto el problema, pero aún imperaba el dicho de “en mi casa el precio de hora lo pongo yo”. El caso es que ninguna de las partes hizo nada por estandarizar el precio hora y establecer su evolución a lo largo del tiempo. Para el perito era un dolor luchar a diario con el precio hora y un alivio peritar para el taller colaborador.

4ª. INTERVENCIÓN DE LAS ASEGURADORAS EN LOS COSTES DE REPARACIÓN

Hasta este momento, el control estadístico de las reparaciones y de todos los costes que intervenían en una reparación era brutal. Se establecía un control exhaustivo de costes a través de los peritos, a los que las auditorías machacaban continuamente por las medias de sus valoraciones, muchas veces de forma ofensiva. Además, los talleres se catalogaban según su resultado y toda esa presión tenía como objeto una reducción de costes exagerada de las valoraciones, las cuales se tenían que traducir en reparaciones.

Apareció la gallina de los huevos de oro, si bien hasta entonces no se intervenía en el material de la reparación, el coste de material era una partida importante del total de la valoración. Se empezó a estructurar un nuevo modelo de relación con las plataformas de recambios que, de una manera u otra, tenían su interés en el negocio. Se inició la introducción masiva de recambio alternativo que unos lo venden como verde, de calidad equivalente, IAM, etc., pero que la mayor ventaja que tiene es el ahorro económico que genera. Se pasó de la proposición de dicho material a la imposición. Estoy de acuerdo en emplearlo cuando la ocasión lo requiera, pero con la autorización del propietario y si puede ser incluyéndolo en la póliza, mejor.

5ª. DIGITALIZACIÓN, AUTOMATIZACIÓN DE PROCESOS, IA, CONTROL EXHAUSTIVO Y TENSIÓN EXCESIVA EN LOS PROVEEDORES DE SERVICIOS

Esta etapa es el culmen de todo lo anterior, la puesta en práctica de todos los medios para conseguir los objetivos que se marcan las compañías aseguradoras y reducción del coste al precio que sea. La agresividad en la actividad es brutal, todo ha de ser para hoy y al precio más bajo. Se traslada a los peritos gran parte del procedimiento de la tramitación, comunicación con el asegurado con la compañía en tiempo real, plazos para presentar las valoraciones muy pequeños, realizar todas las peritaciones posibles por videoperitación para reducir todo tipo de costes operativos, etc. En fin, una avalancha de trabajos que no son periciales y la presión es tan grande que se generan competiciones entre los peritos y entre los gabinetes. Es la época en la que se consolidan grandes gabinetes de peritos que contratan grandes bolsas de siniestros y luego los venden al mejor postor, aumentando más la presión y degradando la actividad pericial, siendo una época de afección en la salud mental de los proveedores de servicios.

He vivido infinidad de cambios y pensaba que contribuía a mejorar la actividad, pero no ha sido así. El perito se encuentra en el centro de un conflicto de intereses que genera los siguientes problemas:

  • Esclaviza a los proveedores de servicios: peritos, talleres, gruistas, abogados, corredores de seguros, agentes, tramitadores de siniestros, etc. No hay nadie que esté contento con la forma de trabajar, y degrada profesionalmente la actividad.
  • Todo esto afecta al bolsillo y a la salud mental.
  • Se olvida totalmente del asegurado, pactando a sus espaldas, aspectos que afectan a la reparación de vehículos derivados de siniestros que son objeto de cobertura por el seguro, como pueden ser bajas calidades de pintura o recambios alternativos que merman el valor del vehículo sin su consentimiento.
  • Aísla a los proveedores de servicios afines a las aseguradoras del resto de profesionales, es decir, hay bandos de proveedores de servicios, peritos afines y peritos independientes, talleres independientes y colaboradores, etc.

Mi visión es la siguiente. Tras la DANA en el Levante, se ha visto la forma de operar de las compañías, el consorcio y Unespa. La experiencia va a hacer que establezcan acuerdos para peritar en un futuro mediante mega gabinetes de su confianza que asumirán una bolsa de siniestros enorme para gestionar utilizando para ello el resto de los peritos también de su confianza. Esa experiencia se exportará al resto de los siniestros que no correspondan a daños por riesgos extraordinarios, eliminando todos los proveedores que no sean afines.

Considero que los talleres han de reaccionar, pero es muy difícil romper las estrategias de grupos empresariales tan fuertes. No obstante, mi propuesta es que se podría crear un ‘Centro Nacional Independiente de Peritación’ donde las asociaciones de talleres puedan recibir asesoramiento técnico pericial para efectuar todas las valoraciones, antes de que intervenga la compañía y contrastar dicha valoración con el perito que asigne la aseguradora. De esta forma, el perito podría asesorar al taller en muchos más aspectos.

Artículo publicado en el Manual del Taller de Chapa y Pintura 2025 de Infocap

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