En muchos talleres de mecánica y de chapa y pintura, la limpieza de piezas sigue siendo un proceso poco definido: se hace "como se ha hecho siempre", con disolvente, brocha y mucha paciencia. Sin embargo, una buena estrategia de limpieza influye directamente en la calidad de la reparación, en la productividad del equipo y en la imagen que percibe el cliente.
Iberkleen, especialista en soluciones de limpieza para automoción e industria, ha desarrollado equipos pensados específicamente para el día a día del taller, desde lavadoras de piezas convencionales hasta sistemas de limpieza por ultrasonidos y protocolos para el mantenimiento de pistolas de pintura.
Limpieza por ultrasonidos: precisión y rapidez para piezas delicadas
Para componentes con geometrías complejas (inyectores, carburadores, cuerpos de mariposa, piezas de freno, etc.), la limpieza manual tiene un límite claro: hay zonas a las que simplemente no se llega. Ahí entra en juego la tecnología de ultrasonidos.
Las ondas ultrasónicas generan cavitación en el líquido de limpieza, creando microburbujas que desprenden la suciedad incluso de los rincones más escondidos. Esto permite:
- Recuperar piezas de alto valor que antes se sustituían.
- Reducir el uso de químicos agresivos.
- Estandarizar la calidad del resultado, independientemente del operario.
Los talleres pueden encontrar soluciones específicas en la gama de maquina ultrasonidos de Iberkleen, con diferentes capacidades y configuraciones según el volumen de trabajo.
Pistolas de pintura: una limpieza correcta marca la diferencia
En chapa y pintura, la pistola es la herramienta crítica. Una pistola mal mantenida se traduce en defectos de acabado, mayor consumo de producto y retrabajos que saturan la cabina.
Implementar un protocolo claro sobre cómo limpiar una pistola de pintura ayuda al taller a:
- Mantener un abanico de pulverización homogéneo.
- Reducir incidencias como velos, piel de naranja o falta de brillo.
- Alargar la vida útil del equipo y evitar paradas imprevistas.
Iberkleen propone una guía práctica con pasos, frecuencia y buenas prácticas para integrar la limpieza en la rutina diaria del pintor sin perder tiempo de producción.
De la solución "casera" a la solución profesional
El salto de cubos, trapos y disolventes a equipos profesionales de limpieza supone para el taller:
- Más productividad: menos tiempo por pieza y procesos repetibles.
- Más calidad: piezas y herramientas siempre en condiciones óptimas.
- Más seguridad y cumplimiento: menor exposición a productos peligrosos y mejor gestión de residuos.
- Mejor imagen: instalaciones ordenadas y tecnología moderna que el cliente percibe como garantía de profesionalidad.