Reparación | Atreve reivindica las medidas anti-Covid para afianzar la confianza del cliente hacia el taller

El taller ha ido asumiendo una tras otras las recomendaciones de las autoridades sanitarias y de las propias patronales del sector como forma de minimizar el riesgo de contagio.

El coronavirus ha impuesto exigentes protocolos de higiene y prevención al taller
El coronavirus ha impuesto exigentes protocolos de higiene y prevención al taller

La Asociación de Empresarios del Taller de Reparación de Vehículos de A Coruña (Atreve) repasa las acciones que se han ido tomando en los centros de reparación para luchar contra el coronavirus y reivindica la seguridad anti-Covid para los talleres coruñeses como forma de recuperar la confianza del cliente. Mascarillas, gel para las manos, productos desinfectantes para los vehículos y guantes desechables se han convertido en un gasto más para los talleres.

Asimismo, tras las fases de desescalada, en las que fueron incorporándose diferentes protocolos al día a día de los talleres, estos asumieron todas las medidas como parte de su “nueva normalidad”. Y aunque el ritmo fue recuperándose, tras un primer momento con muchos vehículos afectados por el parón, la seriedad en el cumplimiento de las medidas de seguridad ha recuperado la tranquilidad del cliente de cara al taller.

La irrupción del coronavirus ha impuesto la introducción de exigentes protocolos de higiene y prevención en el sector de la reparación de vehículos. Los talleres han tenido en todo momento la condición de esenciales, pero únicamente para atender las necesidades de vehículos adscritos a aquellos servicios que se mantuvieron activos, como los sanitarios, los de las fuerzas de seguridad o los vinculados a la provisión de alimentos, entre otros. En el primer momento, por tanto, estuvieron cerrados al público y solo reparaban de puertas adentro las “urgencias”. Con la desescalada llegó la apertura al público y la necesidad de cumplir estrictas medidas de seguridad para minimizar los riesgos de contagio.

En los protocolos ha tocado, como en otras cuestiones relacionadas con esta crisis del coronavirus, aprender y adaptarse en función de las nuevas evidencias científicas. Y aunque en los primeros momentos se produjo cierta confusión sobre las medidas a tomar, fueron imponiéndose las instrucciones del Ministerio de Sanidad, el Instituto Galego de Seguridade e Saúde Laboral (ISSGA) y las principales patronales del sector, que también publicaron un detallado protocolo, acordado con los sindicatos.

Algunas de estas medidas se refieren al mantenimiento de dos metros de distancia entre persona y persona. Para favorecer en la medida de lo posible que las personas no coincidan en las zonas de entrada y salida y se eviten al máximo las posibilidades de contacto, se han limitado los aforos y se han marcado circuitos en los establecimientos.

Para los talleres de reparación fue obligatorio establecer el sistema de cita previa en la primera fase de la desescalada, al igual que tuvieron que hacer los concesionarios cuando pudieron abrir sus puertas. Había, sobre todo en el primer momento, la necesidad de transmitir confianza a la clientela.

Otra medida impuesta en las primeras fases de la desescalada fue el empleo del gel hidroalcohólico, por lo que los talleres de reparación de vehículos, como la mayoría de establecimientos abiertos al público, colocaron dispensadores a la entrada y la salida y exigieron a los trabajadores la limpieza frecuente, al igual que a los visitantes, al menos, al entrar.

Además de higienizar frecuentemente las manos, los talleres tuvieron que preocuparse de los coches, especialmente en el primer momento de la lucha contra el coronavirus, cuando se le dio más importancia al contagio por contacto de superficies. Entonces se habló de desinfección por ozono y surgieron dudas entre los socios de Atreve sobre la conveniencia de incorporar equipamientos específicos. La asociación se asesoró al respecto y divulgó una circular indicando que el ozono elimina bacterias, hongos y otros patógenos, pero que no está demostrada su eficacia contra los virus.

Atreve daba a conocer, al mismo tiempo, la larga lista de materiales desinfectantes con capacidad comprobada para eliminar la covid-19, publicada por el Ministerio de Sanidad. Con dichos limpiadores, los talleres desinfectan los vehículos de los clientes, sobre todo, volante, puertas y salpicadero, así como la llave de contacto.

Otro punto del protocolo se refiere a las herramientas. En caso de que se compartan los instrumentos de trabajo, estos deberían ser desinfectados. No obstante, en muchos talleres cada trabajador cuenta con su propio carro de herramientas y esto facilita la actividad.

Por otra parte, aunque la mascarilla no fue obligatoria en el primer momento, después se convirtió en la medida más importante contra la covid, dada la importancia que se ha demostrado que tienen, en su trasmisión, las gotículas que se expulsan al hablar. Ha sido una medida difícil de implantar entre el personal del taller, según reconoce algún socio de Atreve, porque se hace verdaderamente molesto trabajar con la mascarilla, pero que se ha asumido igual que lo ha hecho el público, que tampoco puede despojarse de ella.

Y, al igual que en otros establecimientos, los talleres han tenido que instalar mamparas en las zonas de recepción y administración, allí donde puede producirse contactos por las citadas gotículas.

A medida que se ha ido conociendo más sobre el coronavirus, ha cobrado importancia la ventilación de los espacios como medida de prevención de contagios. Así, está comprobado que los aerosoles -que expulsamos al respirar- permanecen en las estancias, por lo que la circulación de aire contribuye a dispersarlos. Los talleres suelen ser espacios grandes y con accesos amplios, para el paso de vehículos, por lo que la ventilación es una medida que no ha significado ningún cambio respecto a la situación anterior.

El parón afectó también a las ITV, que han tenido que ir poniéndose al día en las inspecciones. En un primer momento, una disposición ministerial decía que la vigencia de la inspección no habría de tener en cuenta la fecha en la que se pudo realizar, sino aquella en la que debía realizarse, si bien una sentencia judicial tumbó ese criterio. La asociación Atreve pudo retomar pronto el servicio de cita preferente de sus socios en las estaciones de ITV de la provincia de A Coruña, que se demostró muy útil para agilizar el trabajo de los talleres y mejorar su atención a los clientes.

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