Electromecánica | Cómo realizar el mantenimiento del aire acondicionado

Hella aconseja a los talleres qué tener en cuenta en estos procedimientos.

Los talleres deben asegurarse del correcto funcionamiento del sistema de climatización.
Los talleres deben asegurarse del correcto funcionamiento del sistema de climatización.

El aire acondicionado se ha hecho un elemento imprescindible en los coches y más aún en verano cuando las altas temperaturas requieren crear un ambiente agradable dentro del habitáculo para generar unas condiciones adecuadas que favorezcan una conducción segura.

Por este motivo, Hella indica que los talleres deben realizar una serie de procedimientos que aseguren el correcto funcionamiento del sistema. Purgar el gas refrigerante, sustituir el filtro deshidratante cada dos años o eliminar la humedad del sistema por medio de una bomba de vacío son algunos de ellos.

Asimismo, la enseña explica que los mecánicos también tienen que llevar a cabo una comprobación visual de todas las piezas, técnicos deben cerciorarse del buen estado de los elementos montados, así como del cableado y las unidades de mando. Además, el filtro del habitáculo tiene que comprobarse o, en su caso, sustituirse una vez al año o cada 15.000 kilómetros.

Finalmente, la instalación de aire acondicionado se rellena de nuevo con gas refrigerante y aceite, siguiendo la cantidad indicada por el fabricante, y se hace una prueba de funcionamiento y estanqueidad de todo el sistema.

Por otro lado, Hella también apunta que es conveniente que desde los centros especializados los expertos muestren a sus clientes cómo afecta a cada componente un mal mantenimiento. Así, por ejemplo, si el filtro del habitáculo está obstruido puede reducir la cantidad de aire que fluye, sobrecargar el motor de ventilación, empañar los cristales y producir malos olores.

En el caso del filtro deshidratante, que elimina la humedad y las partículas de suciedad del sistema de climatización, hay que cambiarlo cada dos años, si no, la acumulación de agua en el sistema origina una reacción química conjunta con el gas refrigerante que es corrosiva.

Por su lado, el gas refrigerante, utilizado para enfriar el aire de entrada al habitáculo y transportar el aceite que se encuentra en el sistema, debe cambiarse cada tres años. La pérdida natural de este gas también provoca problemas en el compresor.

Por último, el evaporador proporciona al habitáculo el frío que ha surgido al vaporizarse el refrigerante. Su ambiente oscuro, húmedo y poco accesible es idóneo para la aparición de hongos y gérmenes, que llegan a través del sistema de ventilación al habitáculo. Por ello, es recomendable hacer una limpieza del evaporador cuando se haga la revisión del sistema de climatización.

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