Desde ZF Aftermarket recomiendan a los talleres que de forma regular recuerden a sus clientes la importancia de cambiar el líquido de frenos. Una medida de mantenimiento que debe tomarse de forma independiente a los kilómetros que haya recorrido el vehículo. Lo recomendable es realizar este cambio cada año, pues la consistencia del mismo cambia con el tiempo.

El líquido de frenos juega un papel fundamental en el correcto funcionamiento del sistema de frenos y la seguridad del automóvil, por lo que es importante tomar algunas medidas de control para evitar fallos.

Un sobrecalentamiento puede conducir a un fallo total. Hay que tener en cuenta que el líquido de frenos circula mediante tubos y latiguillos, conectando el pedal del freno con las pinzas de freno de disco; y el líquido sirve para transmitir la presión cuando se presiona el freno.

Un sobrecalentamiento severo sobre un líquido contaminado puede provocar una reacción de evaporación y la formación de burbujas de vapor, que terminarán por hacer perder presión a la fuerza del pedal de freno.

La entrada de agua en el circuito de frenado también puede ocasión fallos. En promedio, los líquidos de frenos tienen un contenido de agua de alrededor del 0,5% Un valor que puede aumentar con el paso de los años. Lo recomendable es que este nunca supere el 3,5%, pues esto indica que se ha alcanzado el punto de ebullición máximo.

En definitiva, el líquido de frenos debe cambiarse de forma regular como máximo cada dos años. Para esta labor de mantenimiento, ZF Aftermarket ofrece una una amplia gama de líquidos de frenos TRW que ofrecen un comportamiento de frenado óptimo.