El tradicional freno de mano, o freno de estacionamiento, es un componente que se mantuvo invariable durante años: una palanca de la que se tiraba para accionar los frenos traseros. Pero en 2001 ZF TRW implantó el freno de mano eléctrico, que sustituye al freno de estacionamiento manual. Este dispositivo es utilizado por marcas de automóviles de lujo como Mercedes, Audi o BMW, y otras más generalistas como Hyundai o Lancia. Dependiendo de su accionamiento y transmisión del mando de frenada, el EMF puede clasificarse en estos cuatro tipos:
- Freno manual. Este freno de mano eléctrico se acciona de forma manual, pulsando una tecla situada en el tablero de instrumentos o en la consola central del vehículo.
- Freno automático. Se activa automáticamente según el criterio programado por el fabricante del vehículo.
- Con accionamiento por servomotor. El sistema realiza su función por medio de dos electromotores y un husillo, actuando directamente sobre las pinzas de freno del eje trasero. Es el más empleado en los vehículos equipados con freno de mano eléctrico.
- Con accionamiento por cable. Al pulsar el botón, una unidad electromecánica lanza una señal de tensado a los cables del freno de estacionamiento, conocidos como cables Bowden, y dichos cables activan el freno.
