La puesta a punto del vehículo ante la llegada del invierno es fundamental, siendo recomendable revisar la presión de los neumáticos, el estado de las correas, los manguitos del motor o los limpiaparabrisas, entre otros elementos. Asimismo, los coches cuentan con cuatro filtros: de aire, de aceite, de habitáculo y de combustible, que como asegura Mann+Hummel, deben someterse a un mantenimiento regular para asegurar su correcto funcionamiento.

Filtros de aire

Examinar estos filtros tras los meses de verano y antes de la llegada de las heladas permite reducir el consumo de combustible y de aceite, al asegurar su limpieza.

Filtros de aceite

El aceite se encarga de la lubricación y refrigeración del motor, reduciendo su rozamiento interno e influyendo en el mantenimiento de su temperatura, entre otras muchas funciones.

En los meses fríos, los arranques se vuelven más críticos y esto afecta al desgaste prematuro del motor. En esta época de bajas temperaturas, el aceite se vuelve más viscoso y tiene más dificultades para pasar por el medio filtrante, donde se retienen las partículas nocivas. Si a esto se suma un mal estado del filtro, la problémica se incrementa.

Filtros de combustible

Ante las bajas temperaturas, existe riesgo de gelificación del diésel, al formarse cristales de parafina en el combustible, lo que puede generar un bloqueo del filtro de combustible. Esto puede ocasionar problemas en la potencia del motor, problemas de arranque o incluso un fallo en el motor.

Con el fin de evitar que estas partículas llegan hasta el combustible y puedan dañar el motor, se recomienda comprobar el estado de los filtros de combustible.

Como mejoría y avance de soluciones, Mann-Filter ha incorporado su gama actual de filtros de combustible con calefactores integrados, que garantizan un arranque en frío fiable incluso a bajas temperaturas.

Filtros de habitáculo

Las partículas de hollín, el polvo o la abrasión de los neumáticos han podido influir en una obstrucción de los filtros del habitáculo durante los meses de verano, y con ello, en una disminución de su capacidad de filtración.

A esto se suma el efecto de ventanas empañadas de los meses fríos, lo que hace imprescindible contar con filtros de habitáculo en buen estado, que aseguren la potencia total de refrigeración y calefacción del sistema de aire acondicionado.