La compañía Nissan ha hecho público un informe en el que reconoce que en sus plantas japonesas hubo irregularidades en los controles de calidad de las revisiones de emisiones de gases en sus vehículos. Además, admite que se manipularon informes de dichas inspecciones, según publica Abc.

No obstante, la firma asegura que la manipulación de los protocolos internos no ha afectado a la seguridad de los automóviles, según apuntan fuentes de la enseña al citado medio, indicando que se han cumplido con los estándares de emisiones de la normativa vigente.

Así, las mismas fuentes reconocen que los datos manipulados se refieren solo a estándares internos y al control de calidad en la fase final de producción, los cuales, aseguran, son “mucho más estrictos que los oficiales”.

La empresa fue consciente de la manipulación de los datos de emisiones al establecer controles más rigurosos tras detectar irregularidades en octubre en los controles de calidad de vehículos. Esto llevó a una llamada a revisión de más de un millón de vehículos en Japón. Ante tales circunstancias, la firma ha lamentado las molestias provocadas por el proceso de inspección derivado.

Desde Nissan aseguran que todos los vehículos producidos, excepto el GT-R, cumplen con las normas de seguridad japonesas y que los valores de medición medios de aprobación de sus modelos garantizan las especificaciones del catálogo para las emisiones de escape.