Siguiendo su línea incoherente en lo que respecta a la descarbonización del transporte, el Gobierno ha aprobado hoy un anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética que no deja nada claro qué pasará con los motores de combustión interna a partir de 2040.
La parte positiva del texto es que no menciona la prohibición de los motores diésel y gasolina para esa fecha. En este sentido, suaviza el drástico final previsto en el documento filtrado en noviembre. Pero sí garantiza que en 2040 los vehículos ligeros sean de cero emisiones.
"No se introduce ningún tipo de prohibición, pero sí la redacción literal que hace la Comisión Europea para los vehículos ligeros que debemos garantizar cero emisores de CO2 en 2040", ha explicado la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros que ha aprobado el anteproyecto.
¿Cómo se puede garantizar ese objetivo, traspuesto directamente desde la estrategia de descarbonización de la UE para 2050? Pues, a tenor de lo dicho por la ministra, a través de un Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2020-2030 y una "estrategia de transición justa", que dedique 200 millones de euros anuales a inversiones durante una década para lograr unos objetivos de descarbonización que Ribera ve "plenamente factibles".
El Gobierno "acompañará" al sector de la automoción
En vista del rechazo de la industria a la fijación unilateral de dichos objetivos, el gabinete ha prometido que "acompañará al sector de la automoción en el proceso de fabricación de vehículos menos contaminantes" a lo largo de la próxima década, según informa RTVE.
En este sentido, ha fijado un Plan de Apoyo Integral al Sector de la Automoción 2019-2020, provisto con 562 millones de euros para fomentar acciones de movilidad sostenible y conectada, el rejuvenecimiento de las plantillas y mayor participación de la mujer, apoyo a la innovación en el sector y formación.
Junto a ellos, se destinarán otros 1.000 millones de euros en el periodo 2021-2025 para facilitar la introducción de más vehículos eléctricos. Con ello, se quiere ayudar al sector nacional de la automoción a situarse en las dos próximas décadas en una posición óptima ante la transición internacional en el mundo del automóvil.
Yendo a los números, el Gobierno prevé que España contará con cerca de 5 millones de vehículos eléctricos en 2030, gracias a la penetración de las energías renovables en el sector de la movilidad, lo que supondría aproximadamente un 16% del parque móvil.
