El sector automovilístico está asistiendo a una auténtica transformación y las consecuencias empiezan a hacerse visibles. Así lo demuestran los datos sobre las matriculaciones registradas durante el 2019 en el mercado español y su caída del 4,8%, cifras que han puesto de manifiesto que nos enfrentamos a una situación que no se veía desde 2012, y que requiere de una fuerte atención y compromiso. Pese a ello, desde Faconauto se muestran optimistas con los resultados aunque prevén que la situación no experimentará una mejora de cara al próximo año, tal y como reflejan las conclusiones a las que llega Raúl Morales, director de comunicación de la patronal.

¿Cómo han sido las matriculaciones de 2019?

Desde los concesionarios damos por buenas las matriculaciones del año 2019 si tenemos en cuenta todo el “ruido” medioambiental que todavía ha habido en torno al diésel y que ha impacto negativamente sobre la confianza del comprador, que ha retrasado su decisión de cambiar de coche. Aunque nos sentimos cómodos con esta cifra de matriculaciones, hay una parte negativa, y es que se impide la renovación del parque automovilístico español, que sigue siendo uno de los más antiguos de Europa.

¿Cuál es la previsión para el próximo año?

En este año 2020 todavía habrá cierta inestabilidad en el sector que se va a trasladar al comprador final. De esta manera prevemos una caída del mercado que puede rondar el 3%. Pero esta caída puede ser mayor o menos en función del contexto, tanto político como económico, y de la confianza del consumidor.

¿Cómo valoran la nueva normativa europea?

La entrada en vigor este año de la nueva normativa de emisiones que obliga a los fabricantes a no matricular un mix de vehículos que supere los 95 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, impactará sobre las políticas comerciales de los concesionarios. Nosotros estaremos vigilantes para que esta situación no repercuta negativamente sobre sus resultados empresariales. ¿Los grandes beneficiados quiénes van a ser? Los compradores finales que van a poder acceder en condiciones muy ventajosas a modelos diésel, híbridos o eléctricos, porque son estas tecnologías las que van a tener que ir al mercado sí o sí para que los fabricantes puedan cumplir esos objetivos de emisiones.