Vehículo industrial | Autobuses y autocares, los vehículos con más defectos de acondicionamiento en chasis y carrocería en la ITV

Según datos del Ministerio de Industria, el 13,3% de los daños graves detectados en ellos son debido a sus malas condiciones externas.

En conjunto, las faltas graves en el exterior suponen el 7% del total
En conjunto, las faltas graves en el exterior suponen el 7% del total

La carrocería es la capa exterior de un vehículo, la que le permite dar forma y utilidad a un chasis. Se trata de una estructura básica que no siempre se mantiene en el mejor de los estados, algo que se comprueba en las Inspecciones Técnicas de Vehículos.

Los datos del Ministerio de Industria confirman que son autobuses y autocares, junto con las motocicletas, los vehículos que más defectos en esta parte presentan a la hora de pasar la ITV. En concreto, el ministerio lo cifra en el caso de los autobuses en el 13,3%. Le siguen los furgones y camiones pesados, con un 13,1% y las motocicletas, con un 10%.

En conjunto, las faltas graves en el exterior y en la carrocería o el chasis suponen el 7% del total. En concreto, en la ITV se presta especial atención a los efectos de oxidación o corrosión, roturas y a posibles defectos de las fijaciones de estos elementos, así como el estado de los cristales y espejos y el correcto funcionamiento de las puertas.

La importancia de tener la carrocería y chasis en buen estado

Desde el sector, advierten de la importancia de tener una carrocería y chasis en perfecto estado. El óxido y la corrosión son problemas que van "más allá de lo estético", ya que alteran de manera importante la resistencia mecánica de los elementos, explican desde la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos AECA-ITV. "En caso de un impacto o por el propio uso del vehículo, el elemento puede no cumplir la función para lo que ha sido diseñado", señalan.

El chasis es la estructura que soporta la carrocería y se puede señalar que es el esqueleto del vehículo. "Su función es incrementar la seguridad con niveles variables de resistencia o deformación controlada y programada, permitiendo una absorción de energía proveniente de los impactos, un hecho vital para el bienestar de los ocupantes, además de ser el soporte del resto de sistemas del vehículo (dirección, suspensión, fijación del motor, etc…), siendo fundamental su correcto estado para que estos sistemas funcionen adecuadamente", explican.

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