El vehículo de sustitución se ha convertido en un importante servicio que ofrecer al usuario en el momento en que los clientes dejan sus coches en el taller para arreglarlos. Pero, ¿cuándo es posible brindar la posibilidad al consumidor de esta opción?

Estas circunstancias pueden darse cuando el dueño de un vehículo acude al establecimiento tras haberse producido un siniestro con su automóvil (golpe de un tercero, vehículo robado con desperfecto, accidente del propio asegurado, etc.) y si la cobertura de la compañía de seguros da derecho a tener este servicio, según publica Autobild.

En cuanto a los días que el usuario puede disponer del coche, las pólizas disponen de un máximo de días. Si la reparación dura más tiempo, el usuario deberá correr con los gastos extras de este servicio.

Hay que destacar que el derecho a estas prestaciones no se tiene desde el día en que el vehículo entra al taller, puesto que la gran mayoría de las compañías establecen que el usuario puede beneficiarse de este punto desde el momento en que la aseguradora da orden para que el vehículo sea reparado.

Además, hay que tener en cuenta que, los coches no empiezan a repararse en el momento en el que llegan al taller, ya que pueden afectar otros aspectos, como la lista de espera que tenga el centro, la comprobación de piezas afectadas y el alcance de la avería, o que el asegurado esté de acuerdo con el presupuesto.

Cabe destacar que, en el caso de que se produzca un siniestro total, se deberá informar al usuario de que no tendrá acceso a un coche de sustitución.

Por otro lado, estos vehículos suelen tener similares características a las del coche del propietario, aunque o depende de la cobertura de la póliza.