Si algo acucia al sector de los talleres es la falta de mano de obra. Profesionales con formación especializada que saquen adelante todo el trabajo que se acumula debido a un parque automovilístico envejecido. La consecuencia en este caso es que se generan largas listas de espera para poder arreglar los coches. Uno de esos puntos en los que se concentra esta demanda es en Pontevedra. Aquellas intervenciones sencillas pueden quedar resueltas en dos o tres días, pero cuando se habla de actuaciones más graves, que afectan, por ejemplo, al motor, se está tardando tres meses.
"Las reparaciones más gordas de mecánica son las que más tienen que esperar, a veces tres meses para algo grave en un motor, algo de mantenimiento lo puedes sacar en dos o tres días, después algo como un embrague o correa de distribución puede andar entre una o dos semanas», resume Toño Rodríguez, de Talleres Porteliña. Por último, los que tengan algo que retocar en la carrocería, a nivel estético, "que se armen de paciencia", porque suelen ser "los últimos en entrar, ya que el coche puede seguir circulando y no son urgencias".
Toño Rodríguez es el gerente de uno de los talleres más grandes de la comarca, en San Salvador de Poio (Pontevedra), en declaraciones a "El Faro de Vigo", reconoce que son varios los factores que influyen en ese atasco en las reparaciones de vehículos.
Uno de ellos es que son coches bastante envejecidos, una situación que va empeorando a media que pasan los años, ya que los ciudadanos todavía no tienen claro el salto a los nuevos híbridos o eléctricos: "Hay mucho más trabajo, porque cosas que antes no se arreglaban, ahora sí, la gente antes, frente a ciertas reparaciones, se planteaba más fácilmente la compra de un coche nuevo, pero ahora, como siguen muy caros, prefieren arreglar, se echan para atrás y reparan lo que tienen, aunque tenga muchos años", resume.
Por otro lado, está la cuestión de esa falta de mano de obra tan crucial. "El problema en este sentido es que se necesitan trabajadores experimentados para sacar todo este trabajo adelante, sí hay aprendices, pero te cuestan tanto como un oficial de primera y no siempre hay motivación, ya llevamos varios años así", se lamenta el gerente de Talleres Porteliña, que añade que "la cosa se complica cuando hay alguna baja entre el personal, porque no hay autónomos para cubrirlos".
"Un coche nuevo cuesta una barbaridad"
De forma muy similar se expresa Raúl Mesías, del Taller Autobox, en el barrio pontevedrés de O Burgo. "La clase trabajadora media, como nosotros, está claro que está aguantando, porque lo que cuesta ahora un coche nuevo es una barbaridad", afirma añadiendo que "al mileurista no le da para más y hoy tienes trabajo y mañana no, un coche eléctrico no se lo puede permitir cualquiera".
"Mi taller es pequeño, estoy yo y un empleado, y hay semanas en las que de repente te entran varios coches, porque parece que todo el mundo se pone de acuerdo y tenemos que hacer números con los dos elevadores", bromea. "Pero da igual eso, porque a veces cuanto más grande es un taller más problemas tiene", advierte.
«No hay mano de obra, yo soy el dueño, pero también trabajador, así que muchas veces lo que hago es cerrar el portal y seguir yo trabajando un par de horas más para sacar el trabajo. No hay gente especializada", lamenta en las páginas del diario vigués.
Por su parte, Agus Balagones, del Taller Axial de Marín, apunta a que, por ejemplo, en esta villa cada vez quedan menos talleres. "Entre que somos pocos talleres, porque no hay relevo profesional y que el parque de coches está muy viejo...", relexiona en voz alta. En su caso, son tres trabajadores autónomos los que llevan este taller. "Es bastante caro en la rama de mecánica contratar a alguien que no sabe hacer nada, no es asumible", lamenta argumentando que "si metes a alguien en producción a jornada completa, andará sobre los 2.300 euros y hasta que tenga experiencia, pasado mínimo un año, no te produce nada", se lamenta.
"Tirar de desguace para reparar coches ya viejos"
Mientras, los recambios de piezas no están siendo un problema tan peliaguado, porque "recambios hay". "Eso sí, no los sirven en el día como antes, va todo bajo pedido, hay más problemas con los coches que tienen más de diez años y hay que tirar de desguace", aseguran en los talleres.
Y es que, dependiendo del taller, los tiempos de espera son unos u otros, pero lo que está claro es que ya no se puede acudir en el día como ocurría hace años, porque "lo normal es tener que esperar entre 15 y 20 días". "Yo ahora hasta el 30 de mayo no tengo huecos", reconoce Agus Balagones.
"Todo depende de la reparación, si hay que cambiar un embrague o correa de distribución de una semana no bajas, pero si es un problema de motor la cosa se complica", subraya Raúl Mesías.