Reparación | La cruzada contra el diésel del norte de Europa, una crisis de complicada solución

Dinamarca y Alemania han comenzado a tomar medidas en el uso de estos vehículos.

París, Madrid y Atenas se han sumado a esta tendencia para reducir los niveles de contaminación
París, Madrid y Atenas se han sumado a esta tendencia para reducir los niveles de contaminación

La batalla contra el uso del vehículo diésel se extiende por buena parte de Europa. Así, Dinamarca ha propuesto una ley que tiene como objetivo prohibir la venta de coches nuevos de gasolina o diésel para 2030 y de híbridos para 2035, según informa Europa Press.

A iniciativas de este tipo se une el Gobierno alemán, que ha presentado su plan para evitar prohibiciones a la circulación de vehículos diésel contaminantes, gracias a reajustes técnicos para modelos antiguos y bonificaciones para cambiar de coche sólo en las catorce ciudades más contaminadas del país, las cuales están amenazadas con prohibir la circulación de algunos vehículos diésel, ha explicado la ministra de Medioambiente, Svenja Schulze.

No obstante, Schulze ha agregado que los costes no deben recaer ni en los conductores ni financiarse con dinero público.

Este programa se podrá aplicar en 1,4 millones de coches de la clase Euro 4 y Euro 5, y serán los usuarios quienes decidan si quieren un reajuste técnico o cambiar con bonificaciones, tal y como publica EFE.

El ministro de Transporte, Andreas Scheuer, ha señalado que la primera reacción de la industria automovilística es “positiva”. Volkswagen ha dado su visto bueno y ofrecerán primas de hasta 5.000 euros para que los clientes cambien en Alemania su vehículo de motor diésel viejo por otro más moderno y menos contaminante.

Mientras, BMW no tiene previsto asumir los costes de los reajustes técnicos, pero ofrecerá 6.000 euros a los que se desprendan de sus diésel antiguos. En el caso de Mercedes-Benz, esta ofrecerá primas de hasta 10.000 euros y su matriz Daimler facilitará bonificaciones de hasta 5.000 euros. En cambio, Opel ha comunicado su rechazo a los reajustes técnicos por no ser económicamente razonables y no estar técnicamente desarrollados.

Asimismo, Schulze ha destacado que con el escándalo de la manipulación de los datos de emisiones de gases contaminantes, los fabricantes tienen una oportunidad para recuperar la confianza en el diésel.

Esta tendencia sigue la política de los esfuerzos internacionales actuales para promover el uso de automóviles eléctricos puros y reducir la contaminación. Un ejemplo de ello son Reino Unido y Francia, que ya se han comprometido a prohibir los coches de petróleo y diésel en 2040. Asimismo, París, Madrid y Atenas ya han dado a conocer su intención de prohibir los diésel en el centro de sus ciudades en 2025.

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