La Inspección Regional de Consumo de Murcia va a poner en marcha una campaña de inspección de talleres de vehículos a lo largo de este verano con el fin de comprobar que todos ellos cumplen con la legislación vigente.

Además, con esta iniciativa, las autoridades pretenden verificar que los establecimientos ponen al alcance de los usuarios toda la información obligatoria que deben ofrecerles, tales como tarifas de precios o tablas de tiempos de trabajo, según publica La Opinión de Murcia.

Asimismo, se revisará que los negocios visitados tengan una previa autorización del cliente que les permita usar piezas de repuesto recicladas o de segunda mano.

Las posibles infracciones cometidas por los centros podrán ser sancionadas con amonestaciones que oscilarán de los 200 a los 30.000 euros, dependiendo de su gravedad.

Así, se consideran infracciones leves el incumplimiento de la normativa, la ausencia de hojas de reclamaciones, no anunciar los precios o no entregar el resguardo de depósito del vehículo, entre otras.

En lo que se refiere a las infracciones graves, hacen alusión a conductas intencionadas de engaño o fraude que influyen en el importe cobrado, instalar piezas usadas y no informar al cliente cobrándolas como si se tratara de piezas nuevas o facturar piezas reparadas sin que hayan sido sustituidas, por ejemplo.

El año pasado la patronal Fremm y las Administraciones lograron aumentar las inscripciones de talleres de reparación de coches en Industria el 90%, registrando 93 empresas, cuando la media suele ser de unos 50 negocios.