El consumo de biocarburantes deberá suponer el 9,5% del total de las ventas de combustibles en España en 2021 y el 10% para 2022, según los nuevos objetivos fijados en el Real Decreto para fomentar el uso de los biocarburantes que ha aprobado el Consejo de Ministros. Un objetivo, en consonancia con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que fija una cuota mínima de energía renovable en el transporte del 28% en 2030 para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en ese sector y que, por ende, afecta a la posventa, pues supone un paso más en la reducción de vehículos con motor de combustión y combustible fósiles, informa Efe.

Los biocarburantes son una solución puente para aumentar el peso de las energías renovables en el transporte, ya que en el medio y largo plazo la movilidad eléctrica se convertirá en una alternativa a los vehículos con motor de combustión.

La regulación vigente sobre biocarburantes fijaba metas hasta 2020, por lo que se ha elaborado este nuevo real decreto para marcar las nuevas contribuciones mínimas de biocarburantes para alcanzar los objetivos de descarbonización. El real decreto adelanta la transposición de ciertos aspectos de la Directiva Europea de Renovables en lo referido a las renovables en el sector del transporte y por eso, establece una serie de limitaciones a los biocarburantes producidos a partir de materias primas de determinados orígenes.

Así, la norma mantiene la contribución máxima del 7% de biocarburantes procedentes de cultivos alimentarios y forrajeros en el consumo final de energía en los años 2021 y 2022, tal y como exige la Directiva de Renovables. La limitación de estos biocarburantes, producidos con cultivos ricos en almidón, azúcar u oleaginosas, persigue evitar un incremento de la demanda de terrenos para fines energéticos, lo que desviaría su principal fin como producto alimentario.

Porcentaje de biocarburantes

El porcentaje establecido en el real decreto para estos biocarburantes es de un máximo del 7,2%, que podrá ser contabilizado para cumplir con los objetivos globales de biocarburantes en el transporte del 9,5% en 2021 y 10% en 2022.

El real decreto traspone también la previsión incluida en la directiva con respecto a los biocarburantes con riesgo elevado de cambio indirecto del uso de la tierra procedentes de cultivos alimentarios y forrajeros para los que se observe una expansión de la superficie de producción en tierras con elevadas reservas de carbonos (bosques, humedales, turberas).

Una utilización excesiva de este tipo de biocarburantes implicaría un riesgo elevado de aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que a partir de 2022 estos biocombustibles no podrán superar el nivel de consumo que tuvieron en 2019.