Las baterías AGM son un componente que se ha popularizado en los últimos años debido a su capacidad de proporcionar una mayor potencia a los vehículos. Los profesionales del taller deben estar al tanto de su funcionamiento y mantenimiento.

Desde el blog de Loctite señalan una serie de precauciones que han de tenerse a la hora de trabajar con este modelo de baterías. Las AGM, conocidas comúnmente como baterías ‘secas’, son perfectas para los sistemas que necesitan potencias elevadas, como es el caso de la función de arranque del motor.

Una de sus principales ventajas es que no requieren mantenimiento, ya que sus componentes están sellados y en compartimentos estancos. Sin embargo, se deben hacer revisiones periódicas para detectar posibles signos de daño o envejecimiento prematuro.

También se debe prestar atención a su duración. Mantener una batería que ha llegado al final de su vida útil puede causar picos de tensión en algunos componentes del vehículo y ocasionar averías mayores.

A la hora de sustituirla o recargarla, el profesional mecánico debe utilizar un sistema avanzado que controle la tensión para evitar sobrecargas, uno de los principales contras de estos modelos. Además, debe prestar atención a los bornes y procurar que estos se encuentren en buen estado para que no produzcan fallos.

Por otro lado, desde Loctite recomiendan que no se fuercen los ciclos de arranque con baterías descargadas, así como no mantener el vehículo en desuso durante largos periodos de tiempo. También se debe prestar atención al alternador, ya que si se avería puede hacer que la batería se descargue más rápidamente.

Síntomas como irregularidades en el arranque son signos de fatiga en el componente que indican que la vida útil de la batería está llegando a su fin.