La Comisión de Transición Ecológica del Senado ha rechazado esta semana instar al Gobierno a dotar un nuevo Plan Movalt con, al menos, 225 millones de euros.
La moción, que contó con los votos en contra del PSOE y la abstención del PP, pedía además que dicho plan se limitara a vehículos híbridos y eléctricos de baja y media cilindrada y a motocicletas eléctricas, e incluir ayudas a la sustitución de automóviles de combustión interna a eléctricos puros o electrificados.
Además, la moción pedía una deducción en la cuota del IRPF y del Impuesto de Sociedades sobre las ayudas recibidas del Plan Movalt (en torno al 50%) por la adquisición de vehículos eléctricos o híbridos, así como por la implantación de instalaciones de recarga del vehículo eléctrico.
Asimismo, proponía establecer dos líneas de crédito ICO para la adquisición de vehículos eléctricos e híbridos, y la electrificación de vehículos de combustión de uso particular, industrial, a lo que añadía la renovación de contratos de renting o leasing en los que se sustituyan vehículos de combustión por alternativos, según publica Europa Press.
La senadora de Unidas Podemos, Vicenta Jiménez, destacó la importancia de tener un plan para la paulatina sustitución del parque móvil y de un plan estratégico para el despliegue de infraestructura de recarga para el vehículo eléctrico en la Red de Carreteras del Estado.
Por su parte, el socialista Ángel Manuel Mato ha explicado que “pese a estar de acuerdo con la filosofía general” de esta moción, las medidas de carácter fiscal que aparecen en ella no deberían ponerse en marcha. Además, ha señalado que las ayudas que aparecen en la moción son “incompatibles legalmente”.
En cuanto al senado del grupo popular Arturo Pascual, este ha indicado que pese a estar de acuerdo en que la movilidad debe abandonar los motores de combustión, “esta parece una moción poco pensada”, tal y como recoge EFE.
Por otro lado, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, indicaba recientemente que el anteproyecto de los Presupuestos Generales del Estado de 2019 contemplará un impuesto al diésel, por el “reto importante, que es el cambio climático”.
Sin embargo, Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, ha criticado que el diésel se haya convertido en un "chivo expiatorio" y ha subrayado que si lo que se pretende es mejorar la calidad del aire en las ciudades, “los vehículos diésel tienen los días contados, pero no los nuevos, que son eficientes y cumplen con los límites establecidos desde la UE".
