Ante la nueva aprobación del Plan Movalt, que incentiva la compra de vehículos de energías alternativas y la instalación de puntos de recarga eléctrica, Faconauto ha reaccionado indicado que es “poco ambicioso” por su presupuesto de 35 millones de euros.
La patronal subraya la importancia de que las administraciones den continuidad a estos incentivos oficiales para la expansión de los vehículos de bajas emisiones, ya que, en caso contrario, sería más lenta en un mercado, afirma, que empieza a dar señales de estar maduro.
Sin embargo, la asociación echa de menos que este plan no se haya vinculado a una estrategia de movilidad global que tenga en cuenta objetivos en materia climática, que requiere, en primer término, generar una renovación intensiva y mantenida en el tiempo del parque automovilístico.
Por su lado, Ganvam afirma que esta iniciativa sacrifica la demanda real de automóviles propulsados por diésel o gasolina y recalca que, para lograr una movilidad sostenible, es necesario apoyar también la demanda real y no solo a una que, de momento, es todavía "residual", ya que se deja sin apoyo a los motores de combustión interna, que suponen más del 95% de las matriculaciones.
"El nuevo programa de incentivos pasa por alto la necesidad urgente de rejuvenecer el parque al no facilitar el achatarramiento de los modelos más antiguos y contaminantes, máxime cuando en 2021 se estima que los coches de más de diez años alcanzarán el 63% del parque, con el consiguiente impacto negativo para la siniestralidad y el medio ambiente", añade la organización.
Desde Anfac apuntan que “mantener en el tiempo los planes de estímulo a la movilidad con vehículos de energías alternativas es una medida clave para que este tipo de vehículos logre una adecuada velocidad de crucero en sus matriculaciones".
No obstante, también solicitan que se acompañe de otras medidas, como la modificación de la actual figura del gestor de carga, que favorezca el despliegue de la infraestructura de recarga de una manera eficiente, ágil y flexible.
