En la actualidad, han incrementado considerablemente los problemas relacionados con los filtros de partículas de los turismos (filtros FAP). Del mismo modo que aumentan los problemas, se han ido desarrollando soluciones a éstos.

Por ejemplo, una de las últimas propuestas es la máquina limpiadora de filtros, una herramienta que sirve para regenerar el filtro mediante un proceso sencillo. No obstante, no todas las máquinas son iguales y es necesario tener en cuenta los siguientes aspectos para que el resultado de la limpieza del FAP sea realmente eficaz: 

• Medición de los resultados: lo ideal es una prueba de diferencia de presión para valorar, tanto antes como después del tratamiento, el estado del FAP. Si la máquina no tiene esta función, no sabremos si la limpieza se ha realizado correctamente o si el filtro presentaba daños iniciales.
• Automatización: es importante que la máquina sea totalmente automática y que utilice aire y agua para realizar el tratamiento. Hay máquinas que no utilizan agua y, por tanto, al no enjuagar el filtro, consiguen resultados más superficiales, similares a tratamientos como la inyección de productos en el filtro sin desmontar.
• Rentabilidad: hay en el mercado máquinas muy grandes y costosas, y otras muy pequeñas con falta de funcionalidades como la automatización. Para valorar la rentabilidad del equipo, nos debemos fijar en el resultado de la limpieza, la automatización del proceso, la calidad de los componentes y accesorios, sus funcionalidades y, por supuesto, el precio de compra.
• Producto Químico: es muy importante que el producto químico utilizado para realizar la limpieza sea de calidad, no contenga en su interior componentes dañinos para los metales y cerámicas del filtro. Además, siempre se recomienda que dicho producto tenga certificación.

Uno de los lanzamientos de este año ha sido la Oxyhtech DPF Cleaner, máquina que cumple todos los requisitos anteriores.

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