Tras entrar en la lista Climate A, que realiza CDP (antiguo Carbon Disclosure Project), Pirelli & C. S.p.A. se reafirma como uno de los líderes mundiales en la lucha contra el cambio climático. La clasificación A, solo en poder de unas pocas compañías de entre miles auditadas, es la máxima distinción que puede recibir cualquier corporación y avala la efectividad de los esfuerzos realizados para reducir las emisiones y los riesgos climáticos. Asimismo, garantiza un modelo económico de bajas emisiones y mejores prácticas asociadas al impacto climático.
Para el vicepresidente ejecutivo y CEO de Pirelli, Marco Tronchetti Provera, “el reconocimiento de CDP confirma, una vez más, el compromiso de Pirelli hacia el desarrollo sostenible a través de la lucha contra el cambio climático”. Esta misión, que forma parte del día a día de la compañía y, en particular, de su departamento de investigación, se “traduce en productos cada vez más sostenibles, seguros y con mayores prestaciones”, concluye Provera.
Entre los objetivos de CDP están guiar a compañías y gobiernos hacia la reducción de emisiones de gases con efecto invernadero, la protección de recursos hídricos y bosques, recopilando información relacionada con los impactos medioambientales, riesgos y oportunidades.
Este año, 515 inversores, con activos por valor de 106 billones de dólares, y 150 compradores a gran escala, con una capacidad de adquisición de 4 billones de dólares, reclamaron a las compañías compartir sus datos mediante la plataforma CDP, requerimiento al que respondieron 9.600 corporaciones.
El reconocimiento de CDP reafirma el compromiso de Pirelli con la sostenibilidad, área en la que la compañía ya ha alcanzado numerosos logros, como el liderazgo mundial en el apartado de componentes del sector de automoción de los índices mundial y europeo del Dow Jones y la validación de los objetivos de reducción de emisiones de CO2 de la Science Based Targets Iniciative (SBTi). Esta última solidifica el compromiso del fabricante italiano para lograr la neutralidad de carbono hacia 2030, que apuntala el objetivo de utilizar exclusivamente energía eléctrica renovable en torno a 2025.
