Electromecánica | Cómo limpiar el filtro de partículas: métodos de reparación

Los profesionales del taller tienen varias posibilidades para llevar a cabo este tipo de operaciones: térmico, ultrasonidos, químico o con máquinas DPF especiales.

Este es el aspecto de un filtro de partículas obstruido
Este es el aspecto de un filtro de partículas obstruido

Los filtros de partículas (FAP o DPF) se han convertido en una oportunidad habitual de entrada el taller, debido a que se obstruyen por la retención de las partículas nocivas que emiten los motores diésel en su combustión. Las partículas PM10 (aquellas de menos de 10 micrómetros de diámetro), residuos de cerio y aceite pueden llegar a bloquear el FAP, ya que no pueden eliminarse con una regeneración. Este bloqueo hace que baje el rendimiento del motor y aumente el consumo y, en el peor de los casos, puede romper algunos componentes del motor, según explica Iberisa en una entrada de su blog.

En los vehículos, la limpieza del filtro de partículas se denomina regeneración y se hace de forma automática cada 400/800 km, a una velocidad de unos 90 km/h durante unos 10 minutos. El problema para muchos conductores es que coincida una regeneración con un trayecto en el que se pueda circular con esos requisitos. Además, en muchas ocasiones, cuando el vehículo procede a hacer la regeneración del FAP se interrumpe la operación por desconocimiento o por no estar en un lugar adecuado para hacerla.

Cuando las regeneraciones se saltan varias veces, el FAP puede obstruirse, bajando el rendimiento del motor, lo que hace obligada la visita al taller para hacer una regeneración forzada. En caso contrario, se bloqueará de forma permanente y causará daños al motor, lo cual no es del agrado de ningún conductor, pues la sustitución del filtro de partículas puede costar entre 300 y 2.000 euros. Además, una regeneración forzada del FAP o las regeneraciones automáticas solo consiguen extender la vida del filtro, sin llegar a hacer una limpieza total.

Métodos de limpieza del filtro de partículas

Los profesionales del taller tienen varios métodos a su disposición para limpiar el fitro de partículas. Existen básicamente tres procedimientos para realizar una limpieza profesional en los talleres, cada uno con sus ventajas y desventajas: el térmico, el de ultrasonidos y el químico, aunque un cuarto y habitual en los últimos tiempos, es el de utilizar máquinas DPF específicas para esta operación.

El primero, como su nombre indica, se lleva a cabo mediante tratamientos térmicos. Se corta el filtro de partículas, se sumerge en un detergente durante dos horas, se realiza una limpieza a presión y se vuelve a soldar. También se puede cortar el FAP y ponerlo en un horno que alcanza temperaturas elevadas durante varias horas. En este caso, también hay que volver a soldar el FAP. Pese a que elimina la mayoría de los sedimentos acumulados, con esta técnica se corre el riesgo de dañar las paredes del FAP por las elevadas temperaturas, así como de fundir el cerio con las paredes. Una desventaja añadida es el elevado tiempo y la necesidad de varias máquinas para realizar la tarea.

El segundo método es mediante ultrasonidos, técnica que consiste en sumergir el FAP en la lavadora por ultrasonidos que, mediante los transductores que transmiten las vibraciones al filtro y la elevada temperatura que alcanza el agua, producen la implosión de los sedimentos acumulados. En este caso, los tiempos de limpieza están entre 20-40 minutos, pero luego hay que proceder al secado completo del filtro. Algunas desventajas de este procedimiento son que no llegan a alcanzar una limpieza total y que para realizarlo se necesitan varias máquinas, además de la lavadora y varias horas para la limpieza, secado y limpieza neumática.

La tercera alternativa es la limpieza con aditivos químicos. Hay diferentes tipos de aditivos químicos para limpiar el filtro de partículas, cada uno con sus sistemas. Unos se vierten sobre el depósito de combustible, otros necesitan desmontar el filtro y seguir diferentes procedimientos. Existe un rango muy amplio de aditivos y de precios en el mercado, que oscilan entre 20 y 200 euros. Se trata, por tanto, de un método rápido y económico, pero no es eficaz en la eliminación de los residuos, incluso pueden sumar los residuos generados por el propio aditivo y bloquear el filtro.

Adicionalmente, existe un cuarto que se realiza con máquinas DPF específicas, como la máquina DPF1800. Diseñada para limpiar todo tipo de filtros de partículas, catalizadores y sistemas SCR de coches (incluidos EURO 6), autobuses y camiones, realiza la limpieza y secado de filtros en 30 minutos para coches y hasta 90 minutos para FAP y SCR de camiones y, además, garantiza la eliminación total de los residuos PM10, aceites y cerio acumulados en el FAP.

Su funcionamiento es automático, solo hay que colocar el filtro en la máquina y, tras la elección de FAP o catalizador, la máquina comienza el proceso de limpieza. Tras finalizarlo, la DPF1800 saca un tique para entregárselo al cliente, con la recuperación de las propiedades de presión en el filtro. Esta solución propone un ahorro de recursos y la posibilidad de dar un servicio profesional y novedoso a los clientes.

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