Con motivo del Salón de Frankfurt, Continental ha presentado los que considera deben ser los seis retos de la conducción automatizada.

El primer reto para alcanzar el objetivo 'cero accidentes' fijado por Continental para su futuro de coches sin conductor es la tecnología de sensores. Esto es, sistemas avanzados de asistencia al conductor con sensores pueden registrar el área alrededor del vehículo igual o incluso mejor que un humano.

Los retrovisores, por ejemplo, pueden ser reemplazados por sistemas de cámaras que no sólo aumentan la seguridad, sino que también reducen las emisiones de CO2 de los turismos y vehículos comerciales. Para la fusión de sensores y para evaluar los datos del sensor, Continental trabaja en el uso de inteligencia artificial.

El segundo se refiere a la conectividad, entendida como la tecnología que proporcionará información de alta precisión sobre el tráfico.

Como tercer reto de la conducción automatizada, Continental cita el diálogo entre el hombre y la máquina. Su trabajo en este sentido va encaminado hacia la creación de un espacio en el que el hombre pueda tomar el control de la máquina cuando lo quiera o necesite.

Una arquitectura electrónica potente y fiable para gestionar la gran cantidad de datos que acumula será el cuarto reto de la conducción automatizada del futuro. 

Por último, el quinto y sexto reto son la fiabilidad y aceptación. Por el primero se entiende conseguir que, en caso de que algo falle, el coche sea capaz de subsanar el error o deternerse de forma segura. Esto es fundamental para alcanzar el último reto: que el hombre confíe en la máquina.