Desde que se decretara el estado de alarma, los concesionarios españoles han dejado de matricular cerca de 45.000 vehículos, según indica el presidente de Faconauto, Gerardo Pérez, además de 30.000 de vehículos usados.

Además, Pérez señala en declaraciones a Europa Press que esta crisis sanitaria llevará a que el mercado automovilístico en nuestro país cierre 2020 con una caída de ventas del 30-40%, en comparación con los 1,25 millones de turismos entregados en 2019, es decir, el volumen podría reducirse en 750.000 automóviles.

"Todo dependerá de cuándo se pueda volver a la actividad y también de si se vuelve a dar o no un episodio de coronavirus después de este. Lo que sí es seguro es que los meses de abril, mayo y junio serán muy duros. Hasta después del verano difícilmente podremos hablar de un mercado que pueda acercarse a algo razonable", subraya el presidente de la asociación.

El directivo destacó que esta es la "peor crisis" que ha vivido el sector en su historia, puesto que nunca antes se habían tenido que cerrar los concesionarios durante tanto tiempo, con el fuerte impacto económico que esto supone.

Esta situación se produce en un momento de transición del sector, con nuevas motorizaciones y cambios en los hábitos de compra de los clientes, factores que harán que el impacto del coronavirus sea mayor tanto para fabricantes como para distribuidores, apuntan desde la patronal.

La organización también señala que las medidas de restricción de movilidad y el cierre de los puntos de venta asociados al estado de alarma supondrán que los dichos establecimientos dejarán de ingresar unos 2.500 millones de euros cuando acabe el confinamiento.

De momento, los empresarios no saben con certeza lo que sucederá más adelante, ya que dependerá del momento en el que se vuelva a la normalidad, pero esperan que la recuperación económica sea en forma de 'V', aunque subrayan que hay que estar preparados para que pueda ser en 'U'.

Por otro lado, Pérez recuerda que la distribución ha optado por poner en marcha expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), que han afectado a 150.000 personas, "herramienta que permitirá una reactivación más rápida y, justamente, el mantenimiento del empleo".

Asimismo, añade que para recuperarse de esta crisis es necesaria una reactivación de la demanda y recuperar la confianza de los consumidores, para lo cual son necesarias medidas que aseguren la viabilidad del tejido empresarial de la distribución y la reparación de vehículos.