Aunque se habla mucho de los niveles de emisiones como motivo para no pasar la ITV, lo cierto es que las inspecciones también conceden mucha importancia a otros elementos del vehículo como la carrocería. Espejos, puertas o paragolpes son fundamentales en la seguridad vial, por lo que tenerlos en mal estado puede ser motivo para no superar la ITV. Por ello, el taller debe prestar atención a estos defectos en la carrocería, enumerados por el blog de CertifiedFirst, cuando un cliente acude con su vehículo para hacer la revisión pre-ITV.

• Cristales y espejos. Cristales y espejos deben estar perfectamente fijados y no presentar grietas ni fisuras. Si las hubiese, el coche suspendería la ITV y tendría que volver en un mes como máximo con el problema solucionado.
  
  
• Puertas y molduras. Los inspectores revisan que todas las puertas abran y cierren bien y que las molduras estén bien pegadas y en buen estado. Un defecto en estos elementos podría comprometer el paso de la ITV. 
  
  
• Corrosión en la chapa. La corrosión no es un simple problema estético. La carrocería tiene una importante función en seguridad vial y, por ello, debe estar en buen estado. Además, una carrocería con óxido y corrosión puede ser considerada contaminante. Si el problema es muy grave, causará problemas en la ITV. Es preferible, por tanto, ir solucionando los inconvenientes de chapa y pintura según vayan apareciendo.
• Golpes visibles en la carrocería. Un bollo de gran tamaño en la carrocería, una puerta hundida, un paragolpes deformado o medio suelto supone un suspenso casi inmediato. Si la carrocería del coche presenta golpes más leves, dependerá de los estricto del inspector de turno, por lo que es preferible reparar los golpes antes de acudir a la estación de ITV.