Los talleres del País Vasco verán como sus ingresos pueden llegar a caer el 40% según vaya aumentando el uso del vehículo eléctrico, según publica el informe “La descarbonización de la posventa” que se ha presentado en la I Jornada de Automoción del País Vasco, evento organizado por Faconauto y en el que se ha tratado el impacto económico que provocará  la reducción progresiva en el uso de los combustibles tradicionales.

En concreto, sobre una facturación de 601,4 millones de euros, en los próximo 30 años los talleres pasarían a facturar 373,6 millones debido a que los vehículos con motor de combustión interna requieren un mayor mantenimiento preventivo que los eléctricos. Se ha cuantificado un número de 25 piezas y elementos que no se encuentran en automóviles eléctricos como son aceite, filtros de aceite, correa de distribución, bujías, etc. Esta pérdida de ingresos no se compensa con el “efecto batería” que, a pesar de ser un elemento muy costoso, tiene el hándicap de un plazo de sustitución muy elevado en condiciones normales.

De todos modos, el panorama actual en la electrificación muestra un débil crecimiento y apenas supone un 0,03% de los coches que circulan por el País Vasco, debido a las dudas que generan en el usuario temas como la falta de infraestructuras de carga, el precio de los vehículos eléctricos o la autonomía de las baterías entre otras muchas cuestiones.

Según el responsable de mercado posventa de Solera, José Luis Gata, “los talleres deben tener un ojo puesto en el futuro y en la descarbonización del parque. Un taller tiene que digitalizar sus procesos para ser eficiente y poder prestar servicio a los coches actuales y futuros”.