La transformación de la distribución automovilística es una realidad. Del coche eléctrico al autónomo, pasando por el vehículo conectado y, por supuesto, compartido...todos ellos serán parte importante en la necesaria, y teóricamente progresiva renovación del parque automovilístico. Una transformación que se verá reflejada en notables cambios en la posventa. Así lo asegura el Libro Blanco de la distribución de MSI para Faconauto, según el cual, la estructura de negocio de este tipo de redes alcanzará el 12,9% de la factura total del concesionario, cuando ahora se sitúa en el 10,7% (+2,2%). El resto se completará con el 70,9% procedente de la venta del vehículo nuevo y el 16,2% restante por las ventas del vehículo de ocasión, según las estimaciones de MSI.

Las previsiones de MSI indican que en la estructura de negocio de los concesionarios perderá peso la venta de coches nuevos, ganándolo el coche usado y el mantenimiento de los vehículos. Esto último, traducido a datos concretos, significará que las redes marquistas harán unas 14,7 millones de intervenciones al año, con las que se facturarán 6.901 millones de euros en 2025.

Pero los pronósticos de este informe van mucho más allá. Así, según MSI, la demanda de coches nuevos ha tocado techo y se espera que se mantengan los 1,35 millones de vehículos vendidos a finales de 2019, cifra similar a la de 2018. Según MSI, esta irá poco a poco decreciendo hasta 1.471.848 vehículos en 2025, pero en el caso de implantar una política de saneamiento del parque -las previsiones auguran que alcance 13,7 años en 2025 por los 12,5 actuales-, permitiría volver a una demanda de 1.571.484 vehículos nuevos en 2025.

Por último, respecto a la demanda de coches usados, MSI estima que continuará su línea ascendente para llegar a un ratio de 2,02 VO por cada vehículo nuevo en 2025 en la hipótesis base del estudio, mientras que se reduciría a 1,82 vehículos sobre VN en la hipótesis del saneamiento, ya que se fomentaría la compra del coche nuevo.