Aunque la llegada del verano estimuló la demanda en los talleres por las revisiones pre-vacacionales, el índice de actividad en el sector de reparación de vehículos descendió el 4% en el período enero-julio, en relación a los mismos meses del año anterior. Lo dice la patronal Conepa, que en su balance añade que el 2% de los talleres cerró sus puertas o cambió de titular entre enero y julio de 2011.

Además, otro 2% corre serio riesgo de no poder continuar su actividad antes de que finalice el año en curso. Seguimos por tanto ante un escenario preocupante para los talleres de reparación después de un ejercicio pasado que ya resultó bastante negativo. Lo sufren especialmente los talleres grandes, sobre todo concesionarios, pero los medianos y pequeños también acusan este año la prolongada crisis, asegura Conepa.

La confederación calcula que se han producido cerca de 1.000 cierres y cambios de titularidad por razones económicas en empresas del sector. En la misma línea del año anterior, más del 50% de los ceses de actividad se compensa con nuevas aperturas. En términos de empleo, según datos del Instituto Nacional de Estadística, entre enero y mayo se perdió el 1,5% de ocupados en el sector, porcentaje que acumula una pérdida del 2,4% si se toma como referencia el mes de mayo de 2010.

“A los talleres, en su mayoría negocios familiares, se les están acabando las reservas”, señala Víctor Rivera, secretario general de Conepa. La situación se está agravando también entre los especialistas en reparación de carrocería, en principio menos afectados por la situación económica al comienzo de la crisis. El descenso de la contratación de pólizas a todo riesgo y las presiones de las aseguradoras para abaratar sus costes motivan este empeoramiento en los talleres de chapa y pintura.

No obstante, desde Conepa se asegura que la afluencia de coches a los talleres en estas fechas está siendo bastante superior a la del año pasado, “un ejercicio en el que las operaciones de mantenimiento cayeron en torno al 20%”. Por otra parte, la organización continúa manifestando su preocupación por el alto intrusismo, tanto por parte de talleres que no cumplen las obligaciones legales como por trabajadores en paro o necesitados de reforzar sus ingresos, que realizan operaciones de reparación y mantenimiento de vehículos en locales particulares o incluso en la calle.