La facturación conjunta de los 64 socios del Grupo Serca Automoción alcanzará los 395 millones de euros al cierre del ejercicio 2019, lo que supondría un crecimiento del 3,5% con respecto a 2018. Estas son las optimistas previsiones que ofreció Lluís Tarrés, director general del grupo, en el XXX Congreso de Serca que se está celebrando en Madrid. De enero a septiembre, la facturación de estas empresas suma ya 382 millones de euros.

Respecto a las compras de recambios a proveedores homologados por el grupo han alcanzado 120 millones de euros de enero a septiembre (+7%) y las previsiones de Serca pasan por llegar a los 168 millones a final de año, lo que significaría un aumento del 8% en solo un año.

Entre las familias de producto que más importancia tienen en las compras del grupo están los embragues (13%), frenos (9%), filtros (9%), distribución (8%), baterías (7%) y neumáticos (7%), destacando también el crecimiento de otras como la maquinaria del taller (+30%).

“Serca va muy bien, aunque pueda parecer que la situación de mercado nos arrolla”, aseguró Tarrés, quien también ha repasado los cinco factores de futuro que transformarán el sector en los próximos años: desaceleración económica, descarbonización y movilidad sostenible, transición ecológica, digitalización y conectividad, así como aumento de matriculación y envejecimiento del parque.

Por último, Tarrés no perdió la oportunidad de destacar la importancia de adaptarse a las nuevos consumidores que vienen. “Serca tiene siempre a las nuevas generaciones en su punto de mira. Seguimos sin conocer ese mercado. La generación Z será la que comprará recambios y reparará su coche. Hay que entenderlos y darles respuesta”.

"Debemos llegar a acuerdos con fabricantes"

No podía faltar en el XXX Congreso del grupo Serca la visión global del sector de la automoción y del recambio en particular de Carmelo Pinto, gerente de Serca, quien hizo un llamamiento a los fabricantes por el bien y el futuro del sector: “Contamos con vosotros y debemos llegar a acuerdos”, aseguró, porque “debemos tener buenos aliados para afrontar el futuro con garantías”. 

"Hasta 2040 tendremos coches de combustión", vaticinó Pinto, aunque para 2030 ya tendrá cierto efecto el coche eléctrico, cuya implantación todavía es mínima: apenas creció un 0,5% en 2018. Eso implicará que en el futuro haya menos matriculaciones y, por ende, “menos vehículos a los que vender recambios”.