Un incendio forestal puede tener efectos en vehículos estacionados en las proximidades del siniestro, incluso cuando estos no han sido alcanzados directamente por las llamas ni presentan daños visibles por fuego. Así lo advierte 'Elige calidad, elige confianza' (ECEC), iniciativa compuesta por una veintena de fabricantes de componentes adheridos a la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto), en un momento especialmente complicado en España por este problema.
A este respecto, explica que, aunque el vehículo no haya resultado calcinado ni parcialmente quemado, la exposición prolongada a altas temperaturas y a partículas en suspensión puede provocar, desde la degradación de componentes plásticos y gomas (juntas, faros, limpiaparabrisas, neumáticos), hasta daños en la pintura y barniz por deposición de cenizas calientes o sustancias corrosivas, pasando por la afectación del sistema de climatización si el filtro de aire ha aspirado partículas contaminantes, así como por riesgo para el sistema eléctrico por acumulación de polvo conductor o humedad ácida.
Ante tal impacto, ECEC recomienda realizar una revisión técnica del vehículo tras su exposición a un incendio forestal, incluso si no presenta daños aparentes. "Las acciones que se deberían acometer incluyen limpieza profunda de carrocería y bajos con productos neutros; revisión de filtros de aire y habitáculo, inspección de neumáticos y componentes de caucho, así como diagnóstico electrónico para descartar fallos latentes", indica.
Asimismo, la entidad precisa que estacionar en zonas de interfaz urbano-forestal durante periodos de alto riesgo de incendio "puede suponer un peligro no solo para el vehículo, sino también para la seguridad de las personas". En este sentido, recomienda seguir siempre las indicaciones de las autoridades y evitar dejar vehículos en zonas no autorizadas.