Reparación | De empleados a propietarios: cuando el relevo generacional está en el propio taller

Dos jóvenes de 28 y 22 años se asocian para gestionar el taller de Santiago ante la jubilación de su antiguo dueño.

Talleres Mae se encuentra en el Polígono del Tambre, en Santiago de Compostela
Talleres Mae se encuentra en el Polígono del Tambre, en Santiago de Compostela

La falta de relevo generacional es uno de los problemas que amenazan el presente y el futuro de la posventa. Un problema al que al igual que otros muchos, también ha tenido que hacer frente talleres Mae, en Santiago de Compostela.

Especializado en electricidad y sistemas de climatización, fue fundado en 1975. Tras 48 años de vida, el futuro parecía oscuro tras la jubilación de sus dueños. Sin embargo, esta vez talleres Mae tendrá una segunda vida, una nueva generación vivirá gracias a él. Todo gracias a dos de sus empleados.

Sus nombres son Paco y Nando. Con apenas 28 y 22 años, respectivamente, ante el más que posible cierre del taller han decidido echarse adelante y tomar las riendas del negocio.

"Había dos opciones: seguir con el negocio o empezar de cero. El taller tenía una cartera de clientes, un nombre y está consolidado. Así que ¿por qué no?", ha explicado Paco en declaraciones a La Voz de Galicia.

Sentimiento de pertenencia

"Nos daba pena que se perdiera algo con tanta historia", reconocen ambos, aunque confiesan que al principio algunos clientes eran "reacios a fiarse".

A pesar de su juventud, cuentan con la formación y la experiencia necesaria para hacer frente al reto. "Hice un grado medio de mecánica y electricidad, pero aprendí lo que sé de los veteranos. Nadie te va a formar como ellos", explica Paco.

Cuentan como factor diferencial la especialización de su taller, dedicado solo a electricidad y sistemas de climatización, algo que no es frecuente. "Solo hay dos en la zona. Hay talleres que hacen casi de todo, pero si estás especializado tienes ventajas. De hecho, recibimos encargos de otros talleres".

Sacrificio personal

Su valiente apuesta por el sector ha permitido además mantener además del suyo, el empleo de David, de 41 años.

"Sacar adelante tu propio negocio supone mucho sacrificio personal. No hay muchas vacaciones. La próxima semana, aprovechando los días festivos, toca descansar. Es mucho trabajo, pero tenemos mucha ilusión y muchas ganas de que todo vaya bien", han defendido.

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