Reparación | Reparar un coche diésel puede ser hasta 280 euros más caro que uno de gasolina

Según un estudio de Autingo sobre las reparaciones más comunes.

Peugeot-Citroën, Toyota, Renault-Nissan y Volvo cumplirán las exigencias de la UE.
El 55% de las reparaciones analizadas resultan más caras en un diésel.

Los vehículos diésel tienen ciertas ventajas sobre los de gasolina, fundamentalmente su bajo consumo de combustible y un carburante más barato. Pero, subidas de impuestos y restricciones de circulación aparte, los diésel cuentan con el hándicap del precio de las reparaciones frente a sus homólogos de gasolina.

Según una comparativa efectuada por Autingo, la plataforma que calcula el presupuesto de una reparación y permite reservar cita online en talleres de toda España, el gasto que supone reparar un coche diésel frente a uno de gasolina puede ser hasta 280 euros más elevado en el caso de los primeros.

Autingo ha analizado el coste de algunas de las intervenciones mecánicas más comunes de tres modelos diésel y gasolina -el Citröen C4 II, el Honda CR-V III y el Renault Scénic II- para conocer la más rentable. "De esta manera hemos podido confirmar que más del 55% de las intervenciones analizadas resultan más caras en un diésel", señala Diego Renedo, COO de la plataforma.

Por ejemplo, para la operación de mantenimiento de los 60.000 kilómetros, que incluye entre otras cosas el cambio de correa, tensor y polea, el presupuesto calculado para un Citroën C4 II en su versión diésel sería de 624 euros, mientras que en el de gasolina sería de 344 euros, casi 300 euros de diferencia. En el Honda CR-V, el propietario de la versión diésel tendrá que pagar 99 euros más. Sin embargo, sucede lo contrario en el Renault Scénic II de gasolina, en el que esta operación es 38 euros más cara: 706 euros frente a los 668 euros del mismo modelo en diésel. 

Otra diferencia importante de precio la encontramos en el mantenimiento de los 100.000 kilómetros. En el Citröen C4 II, acudir al taller para esta intervención es hasta 162 euros más caro en la versión diésel que en la de gasolina.

Esos saltos de precio también se producen en otras reparaciones comunes, como la sustitución del kit de embrague. Esta es una de las intervenciones más caras de los coches y, en un Renault Scénic diésel, costaría 838 euros frente a los 673 euros del mismo modelo de gasolina. La situación se repite con el cambio de la bomba de agua, donde el propietario de este vehículo tendría que pagar 350 euros, 23 euros más que el dueño de uno de gasolina.

"El mantenimiento de un coche diésel suele ser más elevado porque tiene un motor algo más complejo, con más elementos. Y, por ello, en la mayoría de los casos la intervención es más costosa que en un coche a gasolina", explica Renedo.

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