Reparación | Operaciones de mantenimiento que también ganan clientes

Hacer una inspección del vehículo junto al cliente hace que nos ganemos su confianza.

Comprov
Revisar los puntos clave junto con el cliente sirve para crear una relación de confianza con él

Las operaciones de mantenimiento y preventivas generan muchos menos ingresos que las reparaciones, pero tienen un valor fundamental. Además de suponer una fuente de trabajo constante, son una forma de atraer a clientes preocupados por mantener su automóvil en perfecto estado pero que no tienen el tiempo o los conocimientos para inspeccionar sus componentes fundamentales. 

Ofrecerles una revisión profesional de los puntos clave sirve, por un lado, para animarles a acudir al taller y, por otro, para crear una relación de confianza que fidelice al cliente cuando llegue el momento de acometer reparaciones costosas. En su blog, Iberisa destaca estas 10 operaciones de revisión, que pueden realizarse junto con el cliente:

  • Comprobación del refrigerante. Hay que retirar la tapa del radiador para buscar indicios de  contaminación y fugas. Es posible que se vea un lodo marrón si ha estado goteando por un tiempo. Si se aprecia un brillo de aceite en la parte superior del refrigerante, puede haber fugas en la junta de la cabeza. Si se aprecia un tinte o espuma rosáceo, el fluido de la transmisión podría estar goteando en el refrigerante. 
  • Comprobar la tapa de llenado de aceite. Si en la parte inferior de la tapa aparece un lodo marrón, es signo de una junta de culata defectuosa.
  • Comprobar la varilla de nivel de aceite. Si el nivel de aceite es demasiado alto, una junta de la cabeza de la culata defectuosa podría estar dejando que el refrigerante se filtre en el aceite. La presencia de lodo en la varilla también puede significar una junta de culata dañada.
  • Comprobar el líquido de transmisión. El fluido de la transmisión debe ser rosado, incluso en los vehículos con mucho kilometraje. Si hay espuma o el nivel es demasiado alto, es probable que haya  contaminación de refrigerante.
  • Revisar los cojinetes de las ruedas. Una vez colocado el coche en el elevador, inspeccionar cada rueda para ver si hay problemas con los cojinetes.
  • Vigilar el desgaste de las pastillas de freno. Algunos conductores retrasan el cambio de las
    pastillas de freno, pese al riesgo de daño en los discos que implica circular con las pastillas desgastadas. Cuando las pastillas de freno bajan de su espesor mínimo de trabajo deben sustituirse.
  • Vigilar el desgaste de los neumáticos. Más allá de la profundidad mínima del dibujo, debe prestarse atención a un desgaste desigual, que podría indicar un problema de alineación u otros síntomas de desajuste, o un ahuecamiento indicio de rótulas desgastadas.
  • Buscar fallos en la bomba de agua. Una fuga de refrigerante por el orificio de drenaje significa un problema serio en la bomba de agua, por lo que habría que ir pensando en su sustitución.
  • Suciedad en el filtro de aire. Si al mirar al filtro de aire al trasluz, no se ve claridad, debe sustituirse.
  • Verificar las luces traseras. A pesar de su importancia, los fallos en las luces de freno o los intermitentes traseros no se perciben si no se revisan ex profeso. Una comprobación sencilla que la mayoría de los propietarios de automóviles apreciarán, dada la importancia para la seguridad. 

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