El motor de arranque pone en marcha el motor de combustión. Normalmente se emplean motores de arranque eléctricos, es decir, motores de corriente continua que hacen girar el cigüeñal del motor y le imprimen la velocidad de rotación adecuada. Esta velocidad permite al motor comenzar a funcionar por sí mismo. El motor de arranque consume durante la puesta en marcha del motor la mayor parte de la energía eléctrica de la batería.

Está formado, entre otras piezas, por el cabezal, el béndix (junto con el anillo de bloqueo y el collarín), los engranajes, el solenoide y sus muelles, el rotor, los campos, el portaescobillas y la tapa posterior. El conjunto lo completan los tornillos.

El motor de arranque puede sufrir diferentes averías. Si no puede detenerse (el motor de arranque no deja de girar) cuando debería detenerse, los posibles fallos pueden ser por ejemplo de carácter eléctrico y mecánico.

Causas eléctricas de la avería

Interruptor de encendido o sistema electrónico de activación del motor de arranque dañado (en el caso de los automóviles en los que para arrancar no necesitamos la llave), es decir falla en la etapa final de potencia (relé o transistor que controla este relé). En este caso la solución consiste en comprobar el sistema eléctrico de arranque. Si es posible eliminar la avería del propio llave de contacto, será necesario un posterior diagnóstico.

Los contactos del interruptor electromagnético, el llamado solenoide del motor de arranque, se han pegado o están en cortocircuito. El remedio para esta avería será comprar un solenoide y un béndix nuevos. Una posible avería de este último la indica normalmente su color: acero negro quemado.

Causas mecánicas de la avería

Interruptor electromagnético dañado y/o desgastado en el casquillo o en las horquillas. La causa de esta avería puede ser la suciedad por polvo o grasa antigua acumulada. La reparación consiste en sustituir el interruptor electromagnético por uno nuevo o la limpieza del mismo.

Piñón del béndix dañado con problema de engrane en el piñón del volante del motor. Será necesario visitar un taller mecánico para realizar una inspección de los elementos y sustituir el béndix.

Dientes dañados de la corona del volante de inercia que produce un mal acoplamiento con el piñón del béndix o la suma de los daños de estos dos elementos. Un daño de los piñones no tiene por qué provocar un funcionamiento continuo del motor de arranque, sino solo su desconexión retardada. En este caso también hay que considerar la sustitución de la corona del volante de inercia y en casos extremos la sustitución de ambos.

No se deben ignorar las señales de averías que muestra el vehículo y hay que reaccionar a ellas de inmediato. Para determinar con precisión las causas de una avería normalmente es necesario visitar un taller mecánico con el fin de realizar un diagnóstico preciso empleando las herramientas adecuadas.