Las matriculaciones de automóviles diésel descendieron el año pasado el 8,2%, lo cual representa el 48,6% de las ventas totales, según ha apuntado la empresa de movilidad del grupo BNP Paribas, Arval, durante la presentación celebrada en Madrid del libro blanco de la compañía sobre el futuro de este tipo de propulsión.
Con estos datos, la firma indica que al diésel aún le quedan años de vida. Así lo asegura el director de marketing y desarrollo de negocio de Arval, Manuel Orejas, que afirma no creer en “la muerte del diésel”, afirmando que este tipo de propulsión “tendrá recorrido durante muchos años”, aunque “irá disminuyendo progresivamente su tasa de mercado”.
No obstante, Orejas señala que la caída del diésel es mayor entre los particulares que en el canal de empresas, donde sigue siendo el favorito, pese a que ese dominio se haya reducido, entre otros motivos, por el crecimiento del segmento de los híbridos que, en su mayoría, se mueven con gasolina.
Así, del total de vehículos matriculados por las empresas en 2017, el 76,2% fueron diésel (en 2013 representaban el 86,9 % del total), el 19,3%, gasolina y el 3,5% del resto de modalidades.
Por otra parte, el catedrático de motores térmicos del centro Insia-UPM, Jesús Casanova, ha señalado que la electrificación progresiva es el futuro y ha vaticinado que serán “los vehículos de alta gama y los de gran tamaño” los que montarán motores de gasóleo “por su menor consumo y la mayor eficiencia de su propulsor”. En cuanto a la gasolina, Casanova indica que será empleada para los coches más pequeños y los híbridos.
Por su lado, el secretario general de Faconauto, Blas Vives, ha apuntado que los vehículos diésel “están consiguiendo una eficiencia mejor que los de gasolina” y añade que el transporte de mercancías y personas se compone de una flota compuesta en el 90% por vehículos diésel.
Pese a ello, existe una tendencia cada vez más importante que Vives ha destacado indicando que en 2016 el sector registró casi 8.000 nuevas patentes, el 40% de ellas relacionadas con la reducción de emisiones.
Asimismo, Vives explica que el conjunto de ingresos en impuestos procedentes del sector del automóvil en 2017 fue de 26.000 millones de euros, una cifra que “se podría usar para incentivar la renovación del vehículo”.
