El director general de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), José López-Tafall, ha anticipado que el efecto negativo de la falta de adaptación del impuesto al nuevo ciclo de homologación WLTP, como sí hicieron otros países del entorno, motivará que se dejen de vender este año entre 110.000 y 120.000 automóviles en España, según reconoció en una entrevista a Europa Press.
En cuanto a la recuperación del mercado automovilístico nacional a niveles anteriores a la pandemia, indicó que no se contempla hasta 2023 y que una de las principales causas de la caída del 44% de las matriculaciones en los dos primeros meses de 2021 fue la subida del impuesto de matriculación, con la entrada en vigor del ciclo WLTP, lo que ha provocado un incremento medio del precio de los coches del 5%.
Las fuertes caídas de ventas en los dos primeros meses del año ha llevado, por tanto, a revisar a la baja su previsión de matriculaciones para 2021, que estima se sitúen por debajo del millón de turismos y todoterrenos vendidos, por debajo del millón inicialmente previstas, según López-Tafall. Ahora, la estimación para todo el año está entre las 900.000 y un millón, por lo que “no son buenas noticias, teniendo en cuenta que en 2019 se vendieron casi 1,3 millones de turismos y todoterrenos”.
Impuesto verde
Para el director general de Anfac, “tenemos un problema diferencial respecto a los países del entorno, como es una crisis algo mayor y también que, a diferencia de lo que han hecho Francia, Italia o Portugal, en España no se modificó el impuesto de matriculación para que tuviese un efecto neutral el WLTP”. Y añadió que Anfac no tienen conocimiento de que el Gobierno tenga intención de llevar a cabo adaptación alguna para aligerar el impacto sobre el precio de los coches. Además, aseguró que Anfac defiende la creación de un impuesto verde sobre el uso del vehículo, en lugar del impuesto de matriculación, como fórmula más en línea de lo que marca la Comisión Europea y más eficaz que la penalización de la compra. Asimismo, explicó que la propuesta fiscal de la asociación para el sector en España está orientada a favorecer la electrificación y no penalizar la renovación del parque automovilístico español.
La propuesta de crear un impuesto verde por uso no tendría un impacto negativo sobre la recaudación de las arcas públicas, sino todo lo contrario, manifestó López-Tafall, pues “tenemos claro que se puede hacer una modificación sobre fiscalidad verde orientada al uso, que no suponga una pérdida de recaudación y también una modificación fiscal para incentivar el vehículo electrificado a través de la reducción del IVA”.
No dormirse en los laureles
Ante el próximo “Foro Anfac: La Movilidad del Futuro”, que se celebra este miércoles, 24 de marzo, el directivo de la asociación señaló que España no debe dormirse en los laureles, como han hecho otros países, para continuar siendo uno de los diez mayores productores mundiales de vehículos y el segundo de Europa. Para ello, las plantas de fabricación tienen que ser flexibles, no ser las más baratas, así como tener fiabilidad y una buena calidad de producción para atraer inversiones y la adjudicación de nuevos modelos, a pesar de que las casas matrices no tengan su sede en España. Asimismo, aclaró que, desde el punto de vista del sector, “las cosas están haciéndose bien y es lo que ha permitido atraer inversión de vehículos de combustión y está permitiendo traer vehículos electrificados a España. Es importante que la política hacia el sector sea friendly (amigable) y también tener un mercado automovilístico sano”.
Sobre el Plan de Impulso a la Cadena de Valor del Automóvil, dotado con 3.750 millones de euros, López-Tafall dijo que en 2020 se canalizó principalmente a través de los planes Moves y Renove y de alguna convocatoria de política industrial determinada y que “se ha parado de facto”, ya que se está esperando la recepción de los fondos europeos, aunque reveló que hay iniciativas, como el Renove, que se pararon a pesar de no agotarse los fondos.
Finalizó el directivo de Anfac señalando que “el plan empezó con buen ímpetu, pero a partir de enero de 2021 se ha quedado cojo de contenido, porque no hay fondos y los que había se ha decidido que no se gastaban y tampoco ha habido nuevas medidas”.
