El controvertido impuesto catalán del CO2 empezará a aplicarse en febrero de 2019. Esa es la intención de la Agencia Tributaria de Cataluña, comunicada a las asociaciones empresariales del sector del automóvil. 

A partir de entonces, los propietarios de todos los vehículos en circulación en Cataluña -coches, motos y furgonetas- recibirán el aviso de que tienen que abonar el nuevo impuesto.

El nuevo tributo, que grava las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos de tracción mecánica, se encuentra en estos momentos en fase de consulta pública. El propio conseller de Territorio, Damià Calvet, aseveró que el impuesto del CO2 entrará en vigor en 2019, después de que se levantara el veto aplicado al mismo por el Tribunal Constitucional.

En esta fase de consulta, las asociaciones del sector han manifestado su total desacuerdo con la medida. La Federación Catalana de Vendedores de Vehículos (Fecavem) asegura que la nueva tasa es perjudicial para la economía catalana, informa Cocheglobal.com.

Según Fecavem, el mero anuncio del mismo está generando ya una "deslocalización" de matriculaciones entre las flotas de empresas. "El anuncio de su entrada en vigor reposiciona el mapa de empresas en toda España en detrimento de Cataluña", alerta la entidad.

La patronal argumenta que en un mes excepcional para las matriculaciones como lo fue el pasado agosto, el mercado automovilístico catalán volvió a perder competitividad respecto al resto de España. Así, las ventas de coches a empresas de alquiler y de renting de flotas cayeron un 7,6% en Cataluña mientras subían un 45% en la Comunidad de Madrid.

Hay que tener en cuenta que el impuesto sobre el CO2 supone un desembolso medio de 80 euros al año. Para una flota de alquiler o de renting, esta tasa representa un importante gasto extra que muchas grandes empresas no están dispuestas a sostener. Por ello, algunas matriculan sus vehículos en otras comunidades autónomas en las que no se cobra este impuesto.