El acabado en la chapa y pintura de algunos de los vehículos más caros del mundo puede llegar a ser un elemento que alcance precios astronómicos. Es el caso de los deportivos suecos Koenigsegg, cuyo Jesko, con 34 capas de pintura, alcanza los 2,35 millones de euros.

No obstante, para los que disponen de un amplísimo margen en su presupuesto para comprar un coche, la marca escandinava ofrece la posibilidad de personalizar la pintura y permite, según explican en el blog de CertifiedFirst, un acabado perlado que supone 20.800 euros. No obstante, los que no estén dispuestos a pagar por ese extra, la firma da a sus clientes la opción de escoger, sin coste alguno, cinco colores sólidos.

También existe la moda de dejar la carrocería desnuda. Al contrario de lo se pueda imaginar, no es una elección barata. Koenigsegg cobra 250.000 euros por dejar al aire la piel del Jesko. Sin embargo, esta cifra puede subir aún más con el extra más caro del Jesko Absolut, el acabado KNC (Koenigsegg Naked Carbon) que eleva la cifra hasta los 372.000 euros.