Chapa y pintura | La dueña de un Aston Martin se niega a pagar al taller oficial

El establecimiento está dispuesto a perdonarle hasta 15.000 euros de la factura final, que asciende a un total de 100.000 euros.

La dueña quiere que la marca le reembolse el dinero que le costé el vehículo.
La dueña quiere que la marca le reembolse el dinero que le costé el vehículo.

¿Qué ocurre cuando coches valorados en más de 200.000 euros no tienen una póliza de seguros a todo riesgo adecuada? Pues a que, a la hora de realizar la factura al cliente, haya que sumar una cifra que sea excesivamente cuantiosa y que el usuario tenga que poner de su bolsillo dicha cantidad al taller.

Pero el negocio corre un riesgo, que el cliente no quiera pagar. Este es el caso que tuvo lugar en Canadá, cuando la propietaria de un Aston Martin DB9 chocó contra una piedra, produciendo daños de diversa consideración en el vehículo, aunque la conductora no sufrió ninguna lesión grave.

El problema con el que se encontraron los responsables del establecimiento fue que la dueña del exclusivo deportivo británico, del que solo se fabricaron 100 unidades, no tenía presupuesto para pagar un seguro básico.

En primera instancia, la afectada acudió al distribuidor que le había vendido el coche para que lo arreglaran, donde estimaron que la reparación ascendería a unos 20.000 euros.

Meses después, tras realizar una inspección detallada del siniestro, el coste ascendió hasta los 100.000 euros, momento en que la dueña llevó su coche a otro taller buscando un menor precio por el arreglo, aunque fue en vano, ya que solo podía acudir a un centro oficial para dichas reparaciones.

La factura que el establecimiento presentó a su clienta se desglosaba en 850 euros en pintura, 6.500 por la reparación del faro dañado, 28.000 euros por los discos de freno, un nuevo subchasis de 23.500 euros, entre otros aspectos en los cuales también se sumó la mano de obra. En total, casi 100.000 euros

La clienta, según publica Richmond News, se negó a pagar dicha factura añadiendo que tampoco quería su coche, sino que el concesionario le reembolsara su dinero, alegando que creía que no era un coche seguro.

Asimismo, la propietaria mandó un correo electrónico a la compañía inglesa explicando lo ocurrido y subrayando que después de esto no confiaba ni en el coche ni el distribuidor.

Tras acudir a los abogados y la clienta negarse a pagar el coste de los arreglos, el taller oficial le ha llegado a proponer que le regalan los costes de almacenamiento del coche (15.000 euros) y le rebajan 5.000 euros de la factura.

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