Basf Coatings llevó a cabo el reciente mayo en sus instalaciones de Guadalajara la formación en peritación que realiza como "parte del compromoso que tiene tanto con talleres como concesionarios". De este modo, a través de sus marcas de repintado Glasurit y R-M, Basf, redobló su apuesta por la formación especializada con hasta tres convocatorias de Formación en Peritación (niveles I y II).
Todas ellas agotaron el aforo, completo en la planta alcarreña, donde profesionales de toda España participaron en estas sesiones, "diseñadas para fortalecer las competencias técnicas y estratégicas en la gestión de siniestros".
Y es que "a pesar de contar con mejores expectativas en el taller y un incremento en la actividad, los resultados económicos no siempre acompañan. ¿Por qué, entonces, no se materializan los tan esperados beneficios?", se cuestionan desde Basf. "Desde nuestra experiencia, con frecuencia, perfiles clave dentro del taller -responsables de sección, peritadores, asesores de carrocería, técnicos especialistas de marca...- asumen múltiples funciones, entre ellas la peritación, esta sobrecarga de tareas puede comprometer la eficiencia operativa y, en consecuencia, la rentabilidad del negocio".
En busca de una "negociación justa y profesional"
A la hora de proporcionar estas formaciones, Basf dispone de la colaboración de Jon Ureta, de Vasic, con el que, además, se comparte una visión común: “Avanzar hacia una negociación justa y profesional con peritos y aseguradoras". Por medio de esta alianza, más de 80 clientes al año reciben un plan de carrera personalizado, orientado a "resolver cada una de las dudas y desafíos que plantea un rol tan crucial como el de la peritación".
"Es imprescindible comprender en profundidad la peritación, no basta con ejercer esta función”, subraya María Barbero, a cargo de la gestión de grandes cuentas de Basf. “Para nosotros, este es un camino sin retorno: apostamos por la formación continua como motor de transformación del taller, convencidos de que sólo así podremos avanzar en una dirección común, basada en el conocimiento, la eficiencia y la colaboración, sin necesidad de recurrir a la confrontación” concluye Barbero.