Mensaje de SOS. Atayapa, la Asociación de Empresarios de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines de la provincia de Alicante, ha vuelto a alzar la voz para gritar socorro por una práctica que es denominador común en todo el territorio nacional y lleva meses ya encallada en los tribunales europeos: las prácticas abusivas de las aseguradoras. Integrada en Fempa, la asociación tiene claro que esta situación "no se puede sostener por más tiempo". 

"Desde que las compañías empezaron a competir por ofrecer pólizas más baratas en caso de siniestro, comenzaron a apretar a los talleres y a pagar por debajo del precio real por hora y ha tocado de pleno en la rentabilidad, hasta este escenario que se ha convertido en insostenible", contextualizó el secretario general, Luis Mascaró, en el diario Información, donde insiste en que no es un tema aislado de la provincia, pero que a medida que pasa el tiempo la situación es "más crítica".

Además, Mascaró subraya las medidas de presión que ejecutan, pues "obligan a proporcionar servicios que, al contrario de lo que piensa la gente, no pagan las aseguradoras, sino los propios talleres". Según el secretario general, Atayapa cuenta con más de 650 empresas asociadas y las que se dedican a la mecánica, chapa y pintura en caso de accidente son las más perjudicadas. "Eso representa entre el 20-25% de la red con la que contamos en la provincia», puntualiza en la entrevista alertando de su "preocupación por la supervivivencia de estos centros especializados", al tiempo que critica que "ante la falta de información que rodea todas estas circunstancias, sean los responsbles de los talleres quien tengan que dar la cara ante los clientes".  

"Elevar el precio de la mano de obra"

"Hace una década, dejamos de ser taller concertado, nos ha costado mucho darle la vuelta el negocio, pero nos estábamos quedando sin margen, ahora tenemos salud". Son palabras de Joaquín Gómez, de su experiencia personal. Gerente de Auto Taller Carrascosa y responsable en Atayapa del área de siniestros, lamenta que "la gente no sabe que detrás de las pólizas más baratas estamos nosotros, porque la rentabilidad se ha reducido, según los últimos datos que tenemos, entre un -2 y +5%".

A su parecer, dicho margen significa, "además de acabar yendo a pérdidas, no poder sostener el negocio". El responsable del taller alicantino es la segunda generación propietaria del centro. En él trabajan 21 personas y comenta que, ahora mismo, el coste de la mano de obra ya supone un mínimo de 30 a 36 euros la hora: si se suman las piezas, la limpieza y las gestiones, la hora se sitúa por encima de los 55 euros, normalmente".

Un precio mucho más acorde, pero que no todos los talleres consiguen, puesto que hay más de una aseguradora que lanza el órdago: "Te fijan los 27 euros por hora y se plantan: o eso o se van a otro taller", asegura Gómez sobre una tesitura que "significa acabar en el juzgado o tragar". 

"Nos imponen el coche de cortesía, una limpieza..."

Pero el gerente del taller incide en que los abusos de las compañías de seguros no acaban ahí, puesto que los casos de servicios extra impuestos se suceden. "Para traerte un cliente, te obligan a contar con coches de cortesía o que realices una limpieza, todo eso corre a cargo del taller, no de la compañía y no se sabe", describe Gómez sobre una "extorsión encubierta en toda regla". Un estrangulamiento que acaba llevando al cierre.

"El poder de las aseguradoras para dirigir a los clientes es brutal, porque es un momento en el que la gente está nerviosa, lo ha pasado mal y no quiere problemas", por este motivo, desde Atayapa advierten de la letra pequeña en la operativa de los siniestros que apunta directamente a los peritos. "No son independientes, esa sería la solución", pronostica Gómez, al tiempo que explica que "otra manera de ahorrar costes es en los recambios".

La trampa de los recambios

Para los responsables de la patronal alicantina, el informe del perito suele indicar "recambio de calidad equivalente" o "recambio verde" frente a los originales. En este caso, el ciudadano lo que va a recibir son componentes, como una puerta o un faro, de similares características técnicas, pero no una nueva pieza del fabricante. O bien, en el segundo caso, son directamente piezas recicladas de otros coches. El propietario del vehículo tiene difícil identificarlo, porque en el documento solo verá indicado el modelo de esa pieza. 

La cuestión se complica cuando se trata de los eléctricos, "no porque falte formación", sostiene Gómez, sino porque "estas unidades requieren más tiempo, pues antes cualquier reparación, hay que hacer una operación que se llama previa, por ejemplo, la desconexión de todo el aparato eléctrico, supone unas dos horas", es decir, un nuevo quebradero para el sector que ya se encuentra en una situación complicada.