La pintura , además de ser un elemento estético y de protección de la chapa de los automóviles, podría llegar a convertirse en un elemento que añadiera seguridad al vehículo si brillara por la noche. Dicha cualidad permitiría reducir el número de accidentes al ser vistos con facilidad por cualquier usuario y no solo depender de los sistemas de iluminación del vehículo, según apuntan desde CertifiedFirst.

En este sentido, ya se han hecho algunos intentos. Así, en 2015 Nissan lanzó una pintura que brillaba por la noche al absorber la energía de los rayos ultravioleta durante el día. Pero no obtuvo mucho éxito. Mitsubishi también ha llevado a cabo algunos experimentos en esta línea, pero de momento no ha salido de los laboratorios de I+D de la firma japonesa.

Los que sí se han atrevido a aplicar un tipo de pintura así en la chapa de un coche son los youtubers de Dip Your Car, que aplicaron una base blanca y sobre ella una infusión de brillo elaborada con dos pigmentos y observaron después de cada capa los cambios para ver donde era más fina la cobertura. Para ello, emplearon cuatro litros de pintura con un coste de unos 600 euros.

En Lexus también han intentado esta tecnología en el modelo RC F en el que han utilizado una pintura electroluminiscente. Además, han dado un paso más a allá y han conectado la carrocería del coche a un pulsómetro que mide el ritmo cardíaco del conductor y lo muestra en la pintura.

Desde CertifiedFirst recuerdan que la fosforescencia es un fenómeno lumínico que permite reflejar luz en la oscuridad la luz absorbida previamente. Algunas pinturas especiales para coches poseen polvo de aluminato de estroncio, willemita, calcita o aragonita, que cuentan con esas características lumínicas porque, a nivel atómico, las cargas positivas de estos minerales se excitan al ponerse en contacto con la luz.

De esta forma, una pintura de este tipo puede emitir un color brillante durante 7 u 8 horas. Una vez se descargan, vuelven a mostrar su tono opaco.