La llegada del coche eléctrico obliga a los talleres mecánicos a un nuevo proceso de adaptación, leo en un blog. Evidente. Pero a ese titular le falta añadir, dato esencial, que sin prisas. Con las matriculaciones registradas desde el año 2009, el parque en España de vehículos eléctricos no llega ni a las 900 unidades. Concentrarse en ese nicho de mercado y destinar recursos para la preparación técnica de los mecánicos para atender coches eléctricos no tiene ahora sentido.

No será por los esfuerzos y los ejemplos de los talleres por demostrar su permanente adaptación a los avances tecnológicos del automóvil, que afectan a su reparación y mantenimiento. Los más recientes, los realizados para afrontar el servicio de los vehículos híbridos, a pesar de representar aún una parte muy pequeña del parque, aunque no tan ínfima como la de los eléctricos.

En 2011 se matricularon en España 10.342 vehículos con tecnología híbrida; por comparar, las de eléctricos fueron 375. Ya veréis cómo se ponen las pilas las empresas del sector cuando el ritmo de matriculaciones de coches eléctricos crezca con fuerza (si llega a suceder; yo soy escéptico al respecto). Cuando llegue ese momento, seguro que uno de cada dos europeos dejará de pensar que los mecánicos actuales no están preparados para garantizar la asistencia de los vehículos eléctricos, dato recogido en el Observatorio Cetelem Europeo del Automóvil 2012.

El taller tiene que saber además que el coche eléctrico sufre menos averías, consume menos recambios y, por su tipo de uso, recorre menos kilómetros/año, lo que también afecta negativamente a las operaciones relacionadas con desgaste de componentes como frenos, amortiguadores o neumáticos. Un joyita para el taller, vamos. Y si encima hay pocos....

Está muy bien, y vende mucho, el mensaje ecológico. Y los avances de los constructores para presentar modelos eléctricos cada vez más eficientes y atractivos para el consumidor, también. Pero hace falta ser realista y pragmático, más aún en estos tiempos, y concentrarse en el negocio real. Sin renunciar a la permanente necesidad de reciclaje profesional de los operarios del taller, el coche eléctrico no puede ser una prioridad para los talleres. Hay otras preocupaciones más importantes.